BELMONTE: Época de simienza en CARTABÓN Y EN CONIJAL...

Época de simienza en CARTABÓN Y EN CONIJAL

Vemos que poco a poco el campo que ha gozado de su esplendor se va recogiendo poco a poco la tierra se queda sola y gozosa por que ha dado su fruto, los días van acortando y cada vez más, pronto llegará el cambio de la hora.

Los sarmientos generosos de la viña les quitan el peso que les hacia la uva que ellos habían criado, y pronto se quedaran sin pámpanos y desnudos esperando que venga el podador y los corte todos es un ciclo y así ha sido siempre.

El guardián que celosamente había guardado los majuelos ya piensa de deshacer la choza que con tanta ilusión él construyo para resguardarse del astro Rey y de las lluvias, cuantas horas ha pasado a lado de la puerta de su choza, elaborando alguna artesanía manual como son los cadejos, la plaita y sus cinchos. Pero ha llegado la hora y hay que levantar el sitio.

Ahora llega el tiempo de la búsqueda de la seta y de boletareis este último criado en el frondoso bosque, la seta es más amante de crecer en los eriales aguantando el calor y el aire y beneficiándose de la lluvia.

También llega pronto la recogida de la bellota aunque esta se adelante pero todavía le queda algo más de un mes para su recolección.

El campo se queda algo triste es la época de la melancolía y del recogimiento, pero también es época de encontrarse con el ESTUDIO, y los institutos están pletóricos de gente con ilusión por ser algo en la vida, aunque los haya que van a calentar el pupitre, esto ha pasado siempre.

Pero todo es una ILUSION y si esta falla como los JUEGOS OLIMPICOS hay que renacer otra vez de las cenizas como el AVE FÉNIX y es que como decía el filósofo “todo pasa nada es.

Pero no es bueno pararse hay que seguir caminando, como nos recuerda el poeta “ caminante no hay camino, camino se hace al andar”, pero hay que ser hombre de esperanza, pero esa que nunca llega alcanzarse, la esperanza que nunca falla es la que se pone en las cosas espirituales.

Esto me recuerda algo de mi mocedad cuando era labriego y había que cortar los tajos para empezar a alomar, que era recomendable fijarse en una seña lo más largo posible para que los tajos todos pudieran ser cerrados a CARTABÓN y sin CORNIJAL.