Reflexión
Señor enséñame tus caminos y que aprenda a buscar esas sendas que conducen a lo más alto de la montaña donde se respira el aire saludable para el espíritu que sueña con ir un día al Cielo.
Siempre el hombre se ha comparado con esas sierras altas que se acercan al cielo sabiendo que la montaña y la sierra lo mismo que el mar y todo lo que contiene lo puede ver en sus interior sin tenerse que desplazar a ninguna parte solo con recogerse he invocar la montaña, la sierra, o la mar o los océanos y todo lo vera dentro de el, con razón decían los antiguos que el hombre era un microcosmo en miniatura.
Habido hombres que sin haberse embarcado en ninguna nave han visto la mar embravecida y han sabido utilizar los aparejos para no naufragar en la tierra estos hombres que digo nos han hablado de noches serenas en la mar, como también noches de verdadero peligro para sus vidas, la mar requiere experiencia y pericia para no naufragar.
Este conocimiento lo aprendemos poco a poco y de la pericia de un capitán que este muy bregado y que haya hecho grandes travesías, también hemos podido observar que ha habidos grandes navegadores en tierra y que han navegado mirando al cielo estrellado el cual les a orientado en las noches estrelladas y que han amanecido al alborear el día y se han encontrado sentados en un cómodo sillón y ha saboreado las brisas del la amanecida cuando el Sol se alzaba en el horizonte. Y es que la tierra les decía que era ella la que giraba porque el Sol es una estrella fija.
17-03-24
Señor enséñame tus caminos y que aprenda a buscar esas sendas que conducen a lo más alto de la montaña donde se respira el aire saludable para el espíritu que sueña con ir un día al Cielo.
Siempre el hombre se ha comparado con esas sierras altas que se acercan al cielo sabiendo que la montaña y la sierra lo mismo que el mar y todo lo que contiene lo puede ver en sus interior sin tenerse que desplazar a ninguna parte solo con recogerse he invocar la montaña, la sierra, o la mar o los océanos y todo lo vera dentro de el, con razón decían los antiguos que el hombre era un microcosmo en miniatura.
Habido hombres que sin haberse embarcado en ninguna nave han visto la mar embravecida y han sabido utilizar los aparejos para no naufragar en la tierra estos hombres que digo nos han hablado de noches serenas en la mar, como también noches de verdadero peligro para sus vidas, la mar requiere experiencia y pericia para no naufragar.
Este conocimiento lo aprendemos poco a poco y de la pericia de un capitán que este muy bregado y que haya hecho grandes travesías, también hemos podido observar que ha habidos grandes navegadores en tierra y que han navegado mirando al cielo estrellado el cual les a orientado en las noches estrelladas y que han amanecido al alborear el día y se han encontrado sentados en un cómodo sillón y ha saboreado las brisas del la amanecida cuando el Sol se alzaba en el horizonte. Y es que la tierra les decía que era ella la que giraba porque el Sol es una estrella fija.
17-03-24