Reflexión
“Señor quiero recordar vuestra presencia en momento de soledad”
Quiero traer a la memoria el recuerdo de mi padre, y las noches que paso solo en esos chozos que había antiguamente donde la única compañía estaba la lumbre y el caldero con algo que hervía que serian unas patatas con algún tomate y un trozo de pan y con esto se iría a acostar, tuvo una vida dura, muy dura y la soporto para que nosotros tuviéramos pan.
Y todavía recuerdo cuando se presentaba a casa y es que había matado alguna liebre y al llegar a casa la sacaba del morral y la estiraba con aquella gracia que le caracterizaba, guardo en mi memoria todas estas imágenes y también se hace presente su rostro el cuan diseño y lo veo en perspectiva y me pregunto porque no lo se, como se guarda la imagen en la memoria, y cuantas veces me lo he preguntado. Esto es un misterio al cual el hombre todavía no ha llegado por muchos estudios que haya hecho, pues todos sus conocimientos son hipótesis más o menos aceptadas.
Me acuerdo que cuando llegaba mi padre a casa con alguna liebre como siempre mi madre lo recia con todo el cariño y esto nosotros lo veíamos, y mi madre le decía te he comprado unas cuchillas de afeitar y unas aspirinas, luego los dos al unísono se ponían a preparar la liebre para hacerla con arroz aquella noche toda la familia la gozábamos.
Esto de la aspirina era una constante en el, pues siempre la tomo casi a diario y nunca llegue a comprender el motivo, pues padecía dolor de cabeza, tuvo buena salud hasta los cincuenta años y murió joven a lo 63 años, pero cayo enfermo antes con la columna y tuvo dolores y probó a ir a una curandera que le había aconsejado un tío suyo que parece que al parecer había encontrado mejoría en lo que le aquejaba, fue mi padre a esta curandera y le aconsejo que se diera baños de agua caliente, y que en el agua echara Jebe el cual había utilizado mi padre cuando había curtido algún pellejo de oveja que para ponerlo blanco le echaba JEBE.
Pero era tanta la fe que había puesto en aquella curandera que ni cuenta se daba que era jebe que le había mandado la curandera y me acuerdo que compraron un bidón y allí se metía y estaba como media hora en el baño, por aquel tiempo en las casas de la gente sencillas no había bañeras, pero el colmo estaba en la patata que le recomendó llevase siempre en el bolsillo y cada vez que volvía a la curandera esta cortaba la patata y por el color de ella hacia el pronóstico que tenía que seguir el enfermo (Que estupidez). Pero esto manifiesta que cuando se pierde la salud recurrimos a cualquier medio que nos digan para poder recuperar la salud cosa que hizo mi padre.
10-03-24
“Señor quiero recordar vuestra presencia en momento de soledad”
Quiero traer a la memoria el recuerdo de mi padre, y las noches que paso solo en esos chozos que había antiguamente donde la única compañía estaba la lumbre y el caldero con algo que hervía que serian unas patatas con algún tomate y un trozo de pan y con esto se iría a acostar, tuvo una vida dura, muy dura y la soporto para que nosotros tuviéramos pan.
Y todavía recuerdo cuando se presentaba a casa y es que había matado alguna liebre y al llegar a casa la sacaba del morral y la estiraba con aquella gracia que le caracterizaba, guardo en mi memoria todas estas imágenes y también se hace presente su rostro el cuan diseño y lo veo en perspectiva y me pregunto porque no lo se, como se guarda la imagen en la memoria, y cuantas veces me lo he preguntado. Esto es un misterio al cual el hombre todavía no ha llegado por muchos estudios que haya hecho, pues todos sus conocimientos son hipótesis más o menos aceptadas.
Me acuerdo que cuando llegaba mi padre a casa con alguna liebre como siempre mi madre lo recia con todo el cariño y esto nosotros lo veíamos, y mi madre le decía te he comprado unas cuchillas de afeitar y unas aspirinas, luego los dos al unísono se ponían a preparar la liebre para hacerla con arroz aquella noche toda la familia la gozábamos.
Esto de la aspirina era una constante en el, pues siempre la tomo casi a diario y nunca llegue a comprender el motivo, pues padecía dolor de cabeza, tuvo buena salud hasta los cincuenta años y murió joven a lo 63 años, pero cayo enfermo antes con la columna y tuvo dolores y probó a ir a una curandera que le había aconsejado un tío suyo que parece que al parecer había encontrado mejoría en lo que le aquejaba, fue mi padre a esta curandera y le aconsejo que se diera baños de agua caliente, y que en el agua echara Jebe el cual había utilizado mi padre cuando había curtido algún pellejo de oveja que para ponerlo blanco le echaba JEBE.
Pero era tanta la fe que había puesto en aquella curandera que ni cuenta se daba que era jebe que le había mandado la curandera y me acuerdo que compraron un bidón y allí se metía y estaba como media hora en el baño, por aquel tiempo en las casas de la gente sencillas no había bañeras, pero el colmo estaba en la patata que le recomendó llevase siempre en el bolsillo y cada vez que volvía a la curandera esta cortaba la patata y por el color de ella hacia el pronóstico que tenía que seguir el enfermo (Que estupidez). Pero esto manifiesta que cuando se pierde la salud recurrimos a cualquier medio que nos digan para poder recuperar la salud cosa que hizo mi padre.
10-03-24