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BELMONTE: “Dicen que el vino alegra el corazón del hombre” y...

“Dicen que el vino alegra el corazón del hombre” y por ende también el corazón de la mujer por aquello que decían: Tanto monta, monta tanto.

El vino es digestivo y de ello han hablado largo y tendido los sabios escritores, poetas y los juglares de las cortes, el vino se bebe en todo tiempo y ni frio ni caliente, pues dicen quien de esto sabe que el vino hay que beberlo con el calor natural del tiempo y que el tiene. Siempre se ha guardado en tinajas, toneles y bobonas de vidrio, hasta que llegaron las nuevas estructuras construidas de cemento como grandes pilas.

Pero no me digan que este vino sabe igual que el de la tinaja de barro o el tonel de rica madera de roble, el vino también se embotella y se deja que se haga añejo en su botella y que esta es viajera y disfruta llevando su sabor allí donde se beba y deguste.

El vino viene de la uva y esta es de diferente calidad y según el Sol que la madura, también depende de la tierra y de el lugar de la crianza, como todo lo que dependa del medio ambiente y el cuidado que se ponga en su elaboración, pues hay sabios del vino de todo tiempo y no hay que abusar de su bebida que por ejemplo ponemos a nuestro querido patriarca NOÉ que sin querer y solo por la alegría del momento apuro su último vaso y le dio por quitarse la ropa creyendo de que ella le estorbaba.

Pero aquella idea fue motivada por el calor que tenia en sus entrañas del sabor del buen vino que el mismo había elaborado con los alambiques caseros que tenía, porque entonces ni había, tinajas, ni tampoco barriles de roble, que sólo había paladar para saborear el buen vino ese que le dicen añejo.

04-03-24
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