Una pincelada histórica
Como todo cuanto hacemos en la vida somos llevados por nuestra inclinación natural, y al final esta nos descubre la verdadera cara de la moneda.
Pero necesitamos algo que nos despierte y motive, y esto quizás es parte de la gloria que muchos han tributado al gran orador romano Marco Tulio Cicerón, el haber sido el instrumento del cual Dios se valió para que despertase al más grande padre de la Iglesia Católica de Occidente como fue San Agustín, con su famoso libro hoy perdido para la historia titulado El HORTENSIÓ.
Marco Tulio, quizás como muchos han dicho no aporto gran originalidad a la filosofía pero si creo una corriente de pensamiento llamado ECLECTICISMO que es quedarse con lo mejor de cada pensador, y es que el orador romano tuvo trato con casi todo los hombres sobresalientes de su tiempo a los cuales supo sentar a su mesa, ya que su gran fortuna se lo permitió.
Cuando Agustín leyó este tratado filosófico de Marco Tulio titulado el Hortensio recibió tal excitación que se lanzo a la conquista de la verdad, porque Agustín tenia muchas dudas de orden científico, por este tiempo también conocería a unos hombres que le prometían encontrar solución a todas las dudas que el tenia de orden científico.
Estos hombres que le prometieron encontrar la verdad militaban en una secta llamada MANIQUEISMO fundada por Manes en el siglo II de la Era cristiana, este tal Manes murió en China desollado.
Manes escribió mucho y de todo, más desbarro en todas sus afirmaciones en cuanto al conocimiento del UNIVERSO cosa de la cual ya habían hablado otros hombres de ciencia con pleno conocimiento de ello, dejando en evidencia a tal MANES.
Cuando Agustín estuvo en Cartago de profesor y siendo militante maniqueo siempre que se presentaba la ocasión exponía sus dudas y siempre oía la misma respuesta, nosotros no te podemos aclarar nada de lo que tú preguntas, pero no te preocupes cuando llegue FAUSTO a Cartago en un bis –Pas te aclarara todas las dudas que tanto te preocupan ahora.
Pues un día llegó la noticia de que Fausto había embarcado en Roma y se dirigía con su nave a Cartago, y todos recibieron la noticia con alegría pero Agustín se deshacía en elogios a Fausto en espera de su llegada, claro que el tal FAUSTO era la mayor autoridad de la secta MANIQUEA, y Agustin no disimulaba que lo esperaba con el ansia y el anhelo como se espera a un padre espiritual.
Cuando Fausto arribo al puerto de Cartago Agustín quiso abordarlo en ese preciso instante pero OH desilusión, su padre espiritual Fausto venia rodeado con un fuerte cordón de seguridad que impedía cualquier acercamiento a EL, ya fuere conocido o desconocido.
La primera ilusión de Agustín fue un mal presagio.
Como todo cuanto hacemos en la vida somos llevados por nuestra inclinación natural, y al final esta nos descubre la verdadera cara de la moneda.
Pero necesitamos algo que nos despierte y motive, y esto quizás es parte de la gloria que muchos han tributado al gran orador romano Marco Tulio Cicerón, el haber sido el instrumento del cual Dios se valió para que despertase al más grande padre de la Iglesia Católica de Occidente como fue San Agustín, con su famoso libro hoy perdido para la historia titulado El HORTENSIÓ.
Marco Tulio, quizás como muchos han dicho no aporto gran originalidad a la filosofía pero si creo una corriente de pensamiento llamado ECLECTICISMO que es quedarse con lo mejor de cada pensador, y es que el orador romano tuvo trato con casi todo los hombres sobresalientes de su tiempo a los cuales supo sentar a su mesa, ya que su gran fortuna se lo permitió.
Cuando Agustín leyó este tratado filosófico de Marco Tulio titulado el Hortensio recibió tal excitación que se lanzo a la conquista de la verdad, porque Agustín tenia muchas dudas de orden científico, por este tiempo también conocería a unos hombres que le prometían encontrar solución a todas las dudas que el tenia de orden científico.
Estos hombres que le prometieron encontrar la verdad militaban en una secta llamada MANIQUEISMO fundada por Manes en el siglo II de la Era cristiana, este tal Manes murió en China desollado.
Manes escribió mucho y de todo, más desbarro en todas sus afirmaciones en cuanto al conocimiento del UNIVERSO cosa de la cual ya habían hablado otros hombres de ciencia con pleno conocimiento de ello, dejando en evidencia a tal MANES.
Cuando Agustín estuvo en Cartago de profesor y siendo militante maniqueo siempre que se presentaba la ocasión exponía sus dudas y siempre oía la misma respuesta, nosotros no te podemos aclarar nada de lo que tú preguntas, pero no te preocupes cuando llegue FAUSTO a Cartago en un bis –Pas te aclarara todas las dudas que tanto te preocupan ahora.
Pues un día llegó la noticia de que Fausto había embarcado en Roma y se dirigía con su nave a Cartago, y todos recibieron la noticia con alegría pero Agustín se deshacía en elogios a Fausto en espera de su llegada, claro que el tal FAUSTO era la mayor autoridad de la secta MANIQUEA, y Agustin no disimulaba que lo esperaba con el ansia y el anhelo como se espera a un padre espiritual.
Cuando Fausto arribo al puerto de Cartago Agustín quiso abordarlo en ese preciso instante pero OH desilusión, su padre espiritual Fausto venia rodeado con un fuerte cordón de seguridad que impedía cualquier acercamiento a EL, ya fuere conocido o desconocido.
La primera ilusión de Agustín fue un mal presagio.