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BELMONTE: LA NIEVE...

LA NIEVE

Que blanca era la nieve
y la pisaba en alpargatas
el año cuarenta y nueve
jugando de pie no agatas.

Calados pies y calcetines
Madre, esto llega de año
en año, y no había patines
si fatigas de las de antaño.

Pero el zagal sin resfriarse
finucho y nada de bufanda
asistía el contento a clase
y gustaba jugar en panda.

El siempre la vida entendió
de que es una competición
y el nunca a nadie vendió
gustandose en la medición.

El hombre se ha de templar
en ideas y en algún parecer
y saberse llegar a destemplar
aceptar, razonar y reconocer.

Hay quien duda de tu color
y dicen que no eres blanca
que tu nieve no tiene sabor
y helada ¿quien te arranca?

30-08-23
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Hola Agustin. Buenas tardes.
Si, por favor, tutéame, yo ya lo estoy haciendo desde el principio, sin pedirte permiso y creo que tampoco me he disculpado por ello.
En primer lugar decirte que muy bonita la poesía, y muy sencilla de entender.
Te lo digo, porque tenía un conocido, que también le gustaba mucho la poesía, pero me costaba a veces entender lo que quería decir, pues era un poco enrevesada, con palabras demasiado técnicas.
Y si, sigo insistiendo, que me decidí a escribirte, porque me gusta lo que escribes y de forma muy natural, sencilla y fácil de entender para mi. Lo que más hice fue vendimiar, desde los 10 hasta los 14 años. Algunos ratos de trilla y algún día de coger aceitunas.
Los dos somos hijos de la posguerra. Yo reconozco, que tuve un poco más de suerte en el aspecto de que trabajé muy poco en el campo.
A los 13 años, un día en la escuela, llegó el párroco de Mota, y dijo que si alguno de nosotros nos queríamos ir a estudiar al Seminario de Uclés. Y curioso, cuatro amigos dijimos que si.
Lo hablé con mis padres para ver las posibilidades, y mis padres hablaron con D. José, el párroco. Como no estaba muy claro que mis padres pudiesen hacer frente al costo que suponía, el párroco nos dijo que no había problemas, que una Sra. viuda y con posibles, que me daba una beca si quería irme a estudiar para sacerdote.
Ya ni me lo pensé, y mis padres bastante contentos. Tuve que ir a Cuenca a examinarme de ingreso, pues era un requisito imprescindible para poder entrar en el Seminario.
Fuímos los cuatro amigo del colegio, los otros tres si podían los padres pagar el costo. Y los cuatro aprobamos.
Estuve aprovechando la vendimia, antes de incorporarme a últimos de septiembre para empezar el curso.
Los cuatro amigos comenzamos. Dos de ellos, estuvieron dos años, otro estuvo tres años, y yo fui el que más duro, cuatro años.
Dicre un refan Agustin: “Que pequeño es el mundo”. El Rector del Seminario era tu paisano, D. Ricardo.
Al final, mis escasos estudios se reducen al Bachiller que terminé en un colegio de Alcázar de San Juan.
Seguro Agustin que pasaste muy buenos ratos, y otros muy fatigados junto a Belmontina y Catalana. Y también entiendo perfectamente que no quieras decir el nombre de la casa de labranza.
Agustin, en realidad, no es que no me guste la política. Es mejor decir que no me gustan muchos políticos. Yo entiendo la política de otra forma mucho más sencilla. No tan enrevesada.
Ahora entiendo mejor, lo bien y sencillo que escribes. No habrás estudiado, pero tienes mucha más cultura que otros muchos que hemos estudiado un poquitin.
A todos esos filósosfos y escritores que has leído, te han enseñado mucho más que lo poco que hemos estudiado algunos. Ahora veo más claro porque escribes tan bien.
De San Agustin, he leído muy poco, lo reconozco. He leído algo más de Santa Teresa de Jesús.
Y como el mundo es un pañuelo, te diré Agustin que tu trabajo en Barcelona de Mastresa, no sé realmente en qué consiste. Pero si te puedo decir que una chica llamada Pili y un chico llamado Paco, que han estado trabajando muchos años en Barcelona y que tienen dos hijos, tenían una fábrica textil, los conozco. No sé si serán los mismos que Tú me comentas.
Ahora viven en Mota.
No me hables mal de ellos, pues me chivaré. Perdona Agustin por la broma. Ya me has demostrado antes, cuando no has querido hablar del nombre de la casa de labranza, tu sentido de la educación y del respeto. Y que como a todos nos ha pasado, cuando has trabajado en una empresa pequeña o grande, siempre hay cosas buenas, cosas regulares y cosas malas que contar. Yo, en las empresas que he trabajado, siempre he tenido para contar, muchas más cosas buenas que malas o regulares. Pero hayan sido buenas, malas o regulares, cuando he hablado con algún amigo, o familiar, generalmente las que hayan podido salir a la luz, han sido las buenas con sus buenos recuerdos.
Ya me dirás si son o no son. Por eso te decía antes que el mundo es un pañuelo.
Pero también cabe la posibilidad de que no sean ellos. Pues Pacos y Pilis, estamos a montones.
Disculpa Agustin, si me he extendido un poco en el mensaje. Tengo muchos defectos, y uno de ellos, es que si me das un poco de confianza, me das la mano y me tomo el brazo.
Seguro que tenemos muchos momentos para poder conocernos un poco más.
Y si en algún momento, los dos lo creemos oportuno, y surge esa confianza y posible amistad, te pediría si tienes un correo elctrónico que me lo envíes, y te podría enviar alguno de los libros que he escrito, dentro de mi humilde cultura y conocimientos.
Saludos cordiales Agustin y que pases una buena tarde.
Paco. ... (ver texto completo)