COMENTARIO
EL YUNTERO
Habia un yuntero manchego que araba las tierras que había heredado de sus padres, y se caso con una moza del pueblo también trabajadora y que le ayudaba en todo. Pues estando embrazada seguía las labores de su casa y ayudaba al esposo, como era segar y vendimiar, Pues después de la recolección de la uva tuvieron su primer hijo, el cual vino bien al mundo y la pareja estaba muy contenta. Esta pareja pensaba que cuantos más hijos tuviese, más le ayudarían al padre en las labores agrícolas donde las manos son pocas. A los dieciocho meses tuvieron su segundo hijo este le dio tanta alegrías como el primero, pues era rubio igual que su madre. Ya tenemos una pareja de varones para que nos ayuden en el campo, esto el matrimonio muchas veces lo comentaba. El Yuntero trabajaba todo cuanto podía de lunes a sábado y el domingo descansaba, y era un buen cristiano porque muy de mañana iba a la iglesia a oír misa los domingos. Su mujer iba también a cumplir con el mandamiento de la santa madre iglesia, pero a otra hora diferente por no dejar a sus niños solos. Era un matrimonio bien avenido, que daba testimonio a sus vecinos. Fueron a por el tercer hijo el cual vino sin crear problemas en el parto, pues esta mujer daba a luz en su casa y la atendía su hermana mayor que era comadrona. La hermana comadrona les decia como sigáis al ritmo que vais teniendo hijos, pronto llegareis a ser familia numerosa. La hermana le decia a su hermana la comadrona que cuando tuviese una hija que se darían una pausa, porque veía que era mucho el gasto que suponía al tener seguido los hijos. Pero otra vez se quedo en cinta, y el periodo de embrazada lo paso con algunas angustias, y al final tuvieron una hija la cual dio mucha guerra al nacer porque era muy grande y traía los ojos abiertos y venia de nalgas.
EL YUNTERO
Habia un yuntero manchego que araba las tierras que había heredado de sus padres, y se caso con una moza del pueblo también trabajadora y que le ayudaba en todo. Pues estando embrazada seguía las labores de su casa y ayudaba al esposo, como era segar y vendimiar, Pues después de la recolección de la uva tuvieron su primer hijo, el cual vino bien al mundo y la pareja estaba muy contenta. Esta pareja pensaba que cuantos más hijos tuviese, más le ayudarían al padre en las labores agrícolas donde las manos son pocas. A los dieciocho meses tuvieron su segundo hijo este le dio tanta alegrías como el primero, pues era rubio igual que su madre. Ya tenemos una pareja de varones para que nos ayuden en el campo, esto el matrimonio muchas veces lo comentaba. El Yuntero trabajaba todo cuanto podía de lunes a sábado y el domingo descansaba, y era un buen cristiano porque muy de mañana iba a la iglesia a oír misa los domingos. Su mujer iba también a cumplir con el mandamiento de la santa madre iglesia, pero a otra hora diferente por no dejar a sus niños solos. Era un matrimonio bien avenido, que daba testimonio a sus vecinos. Fueron a por el tercer hijo el cual vino sin crear problemas en el parto, pues esta mujer daba a luz en su casa y la atendía su hermana mayor que era comadrona. La hermana comadrona les decia como sigáis al ritmo que vais teniendo hijos, pronto llegareis a ser familia numerosa. La hermana le decia a su hermana la comadrona que cuando tuviese una hija que se darían una pausa, porque veía que era mucho el gasto que suponía al tener seguido los hijos. Pero otra vez se quedo en cinta, y el periodo de embrazada lo paso con algunas angustias, y al final tuvieron una hija la cual dio mucha guerra al nacer porque era muy grande y traía los ojos abiertos y venia de nalgas.
