Comentario
Por las tierras manchegas sudor y calor van buscado un lugar que este refrigerado y cerca de una piscina para darse un baño. estos son los placeres que pueden disfrutar la ciudadanía del siglo XXI, antes no había tanta comodidad creada por el ingenio humano.
La gente aguantaba el calor y cuando podía buscaba la sombra del algún árbol y si corría el aire se encontraba a las mil maravillas. También el labrador aguantaba los calores de Julio y Agosto debajo de su sobrero de paja que daba menos calor que el sobrero de paño.
Los tiempos han cambiado y los hábitos del vivir cotidiano ya es pasado aguantar tanto calor pudiendo disfrutar del aire acondicionado aunque este suba la tarifa de la luz eléctrica.
Leemos en los libros de caballería que los noble de antaño tenían que aguantar el calor que producía el estar dentro de una armadura y no poderse refrescar con el agua del rio o de alguna laguna, claro que don Quijote tuvo suerte por cabalgar por la llanuras manchegas que aunque el sol abrasa hay bastantes lagunas donde se pudo refrescar él, su escudero Sancho y las cabalgaduras de ambos.
En aquel tiempo aunque no había bañadores las gestes se ponían un saco para preservar las partes más impúdicas de todo ser humano, y esto ayudaba a respetar el decoro entre la ciudadanía.
Por las tierras manchegas sudor y calor van buscado un lugar que este refrigerado y cerca de una piscina para darse un baño. estos son los placeres que pueden disfrutar la ciudadanía del siglo XXI, antes no había tanta comodidad creada por el ingenio humano.
La gente aguantaba el calor y cuando podía buscaba la sombra del algún árbol y si corría el aire se encontraba a las mil maravillas. También el labrador aguantaba los calores de Julio y Agosto debajo de su sobrero de paja que daba menos calor que el sobrero de paño.
Los tiempos han cambiado y los hábitos del vivir cotidiano ya es pasado aguantar tanto calor pudiendo disfrutar del aire acondicionado aunque este suba la tarifa de la luz eléctrica.
Leemos en los libros de caballería que los noble de antaño tenían que aguantar el calor que producía el estar dentro de una armadura y no poderse refrescar con el agua del rio o de alguna laguna, claro que don Quijote tuvo suerte por cabalgar por la llanuras manchegas que aunque el sol abrasa hay bastantes lagunas donde se pudo refrescar él, su escudero Sancho y las cabalgaduras de ambos.
En aquel tiempo aunque no había bañadores las gestes se ponían un saco para preservar las partes más impúdicas de todo ser humano, y esto ayudaba a respetar el decoro entre la ciudadanía.