Comentario
Comentario
Quintillas del maestro Marín (El rey del trovo)
“”””En quintillas también compuso Marín infinidad de
poesías, mereciendo una especial mención la que
a continuación se inserta, concebida a la manera
de fábula y dedicada a su buen amigo y después
gran poeta y también trovero, Pedro Cantares (hijo),
quien en presencia del Maestro improvisó una quintilla
que escandalizó a su padre:
Dos pajarillos salieron
libres del nido a volar,
lejos del padre se fueron
y, antes de al nido tornar,
cautivos los dos se vieron.
El hombre que los cogió
les dio una prisión dorada
y alimento les brindó,
y su cariño ofreció
en su amorosa morada.
El padre al nido volvió
y a los hijos no encontrando
en busca de ellos salló;
sobre aquel lugar volando
El dueño que vigilaba
a sus presos noche y día,
de cuando en cuando observaba,
que un viejo gorrión llegaba
donde la jaula tenía.
Para saber lo que hacia
observó y vio en seguida,
que el gorrión que venía,
en el pico les traía
a los presos la comida.
Así fue el tiempo pasando
comida el gorrión trayendo
y a los hijos no olvidando;
él, como padre, cumpliendo,
a los hijos alimentando.
El que a los hijos cogió
a pensar se atrevió un día,
si aquel padre bien obró,
y una prueba hacer pensó
que a cabo llevar sabría.
Cuando el padre descuidado
de tal peligro se hallaba,
fue por el hombre enjaulado,
y en la ¡aula aprisionado,
suelta a los hijos les daba.
El dijo: Veré en seguida
lo que los hijos harán...
Como deuda contraída,
los pájaros le traerán
a su padre la comida.
Los días pasando fueron...
Los hijos a la prisión
y tan sagrada misión
con el padre no cumplieron.
Como el padre no comía,
llegó en la jaula a morir,
de hambre y melancolía.
Siempre asi los hijos son.
El gorrión dio lecciones,
y llegada la ocasión,
otros nuevos gorriones
repetirán tal acción.
Del padre se alimentaron
mientras presos estuvieron,
mal su cariño pagaron,
y, del padre se olvidaron,
cuando libres ya se vieron.
Cantares, no olvidarás
la historia del gorrión;
si preso en la jaula estás,
de hambre te morirás,
sin tener apelación.””””
Comentario
Quintillas del maestro Marín (El rey del trovo)
“”””En quintillas también compuso Marín infinidad de
poesías, mereciendo una especial mención la que
a continuación se inserta, concebida a la manera
de fábula y dedicada a su buen amigo y después
gran poeta y también trovero, Pedro Cantares (hijo),
quien en presencia del Maestro improvisó una quintilla
que escandalizó a su padre:
Dos pajarillos salieron
libres del nido a volar,
lejos del padre se fueron
y, antes de al nido tornar,
cautivos los dos se vieron.
El hombre que los cogió
les dio una prisión dorada
y alimento les brindó,
y su cariño ofreció
en su amorosa morada.
El padre al nido volvió
y a los hijos no encontrando
en busca de ellos salló;
sobre aquel lugar volando
El dueño que vigilaba
a sus presos noche y día,
de cuando en cuando observaba,
que un viejo gorrión llegaba
donde la jaula tenía.
Para saber lo que hacia
observó y vio en seguida,
que el gorrión que venía,
en el pico les traía
a los presos la comida.
Así fue el tiempo pasando
comida el gorrión trayendo
y a los hijos no olvidando;
él, como padre, cumpliendo,
a los hijos alimentando.
El que a los hijos cogió
a pensar se atrevió un día,
si aquel padre bien obró,
y una prueba hacer pensó
que a cabo llevar sabría.
Cuando el padre descuidado
de tal peligro se hallaba,
fue por el hombre enjaulado,
y en la ¡aula aprisionado,
suelta a los hijos les daba.
El dijo: Veré en seguida
lo que los hijos harán...
Como deuda contraída,
los pájaros le traerán
a su padre la comida.
Los días pasando fueron...
Los hijos a la prisión
y tan sagrada misión
con el padre no cumplieron.
Como el padre no comía,
llegó en la jaula a morir,
de hambre y melancolía.
Siempre asi los hijos son.
El gorrión dio lecciones,
y llegada la ocasión,
otros nuevos gorriones
repetirán tal acción.
Del padre se alimentaron
mientras presos estuvieron,
mal su cariño pagaron,
y, del padre se olvidaron,
cuando libres ya se vieron.
Cantares, no olvidarás
la historia del gorrión;
si preso en la jaula estás,
de hambre te morirás,
sin tener apelación.””””
