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BELMONTE: Comentario...

Comentario

Aquella noche don Alonso le dijo al ama de llaves que le pusiera de cenar, pues Remedios que es así como se llamaba el ama de llaves de don Alonso creyó que iba hacer una merienda cena por las horas que eran, pues todavía quedaba una hora de sol, aquella tarde noche don Alonso comió más aprisa que de costumbre unas judías tiernas y un poco de morcilla que tanto le gustaba, el ama de llaves después le preparo un vaso de leche de la cabra que tenían.

El ama de llaves se fue con la sobrina a la novena y cuando volvieron de esta vieron que don Alonso no estaba en la cocina comedor como acostumbraba y ellas pensaron que se había ido a la cama, y se quedaron tan tranquilas pues ellas cenaron y después hicieron el rezo de las horas como en ellas era costumbre.

Don Alonso llevado de su ilusión por empezar el propósito que tenía en mente y empezar velando las armas, bajo a la cuadra donde yacía Rocinante descansando, don Alonso se vistió de caballero con escudo y lanza y se puso la espuelas para picar a Rocinante, ensillo a este y saliendo al corral abrió la puerta del mismo y antes de irse se puso la vacía del babero de sombrero.

Cuando salió a campo abierto dejando el pueblo atrás pico espuelas hasta un montículo donde divisaba la llanura que le era propicia y a lo lejos se divisaba una venta que el tomo por castillo y también vio una carroza que se dirigía a ella, don Alonso dio alcance a la carroza porque quería llegar cuanto antes al castillo.

Cuando llego a la venta la gente estaba cenando y al ver el ventero a tan escuálido caballero salió a recibirle, don Alonso le dijo que si podía quedarse en el castillo a lo que el ventero le dijo que era una posada pero don Alonso le dijo que estaría solo una noche y que no le hacia falta nada más que se cuidara de Rocinante que el pensaba de estar toda la noche en vela porque tenia que cumplir con una promesa que hacía años que la había ofrecido, el ventero no opuso resistencia y se llevo a Rocinante,

Don Alonso paso al patio donde estaba el abrevadero y lanza en el pecho empezó a dar paseo los arrieros que lo vieron al principio le hizo gracia pero no le dieron demasiada importancia la mozas se reían y lo tomaban por un feriante que había perdido a sus comparsas,