El débil milano
El milano se transformo en halcón viendo que la corriente del río venia crecida, desplegando el sexto sentido que en el dormitaba se encaramo en lo alto del roquedal desde donde se divisaba todo el valle con sus afluentes meandros y riachuelos, y la gran flora que crecía en el altozano.
Observaba desde su altura como todos los animales iban abrevar en la orilla por donde discurría un gran arroyuelo, pero supo distinguir a la zorra que, aunque iba camuflada había perdido los dientes, no así, las ganas de morder. Pero para entonces el milano le habían salido unas dobles alas con las cuales jugaba sorteando el viento y la brisa de la mañana.
Se alegraba en su sentimiento haciendo vistoso su plumaje y trinaba alegremente atrayendo a las demás aves que estaban en el soto que volaron entusiastas al milano y alrededor de el se felicitaban por el triunfo obtenido con su tesón.
El milano se transformo en halcón viendo que la corriente del río venia crecida, desplegando el sexto sentido que en el dormitaba se encaramo en lo alto del roquedal desde donde se divisaba todo el valle con sus afluentes meandros y riachuelos, y la gran flora que crecía en el altozano.
Observaba desde su altura como todos los animales iban abrevar en la orilla por donde discurría un gran arroyuelo, pero supo distinguir a la zorra que, aunque iba camuflada había perdido los dientes, no así, las ganas de morder. Pero para entonces el milano le habían salido unas dobles alas con las cuales jugaba sorteando el viento y la brisa de la mañana.
Se alegraba en su sentimiento haciendo vistoso su plumaje y trinaba alegremente atrayendo a las demás aves que estaban en el soto que volaron entusiastas al milano y alrededor de el se felicitaban por el triunfo obtenido con su tesón.
