BELMONTE: Pero el ñudo matrimonial le hizo contigo uno. ¡Un áspero,...

Pero el ñudo matrimonial le hizo contigo uno. ¡Un áspero, un desapacible! Pero miembro tuyo ya, y miembro el más principal. Y, porque el marido oiga lo que le conviene también: la víbora entonces, teniendo respecto al ayuntamiento que hace, aparta de sí su ponzoña, ¿y tú no dejarás la crudeza inhumana de tu natural, por honra del matrimonio?».