Dios nos libre de tan gran perdición; y no quiero ponerlo todo a su culpa, que no soy tan injusto; que gran parte de aquesto nace de la mala paciencia de sus maridos. Y pasara yo agora la pluma a decir algo dellos, si no me detuviera la compasión que les he; porque, si tiene culpa, pagan la pena della con las setenas.