Capítulo III
Confía en ella el corazón de su marido;
no le harán mengua los despojos.
Después que ha propuesto el sujeto de su razón y nos ha aficionado a él, alabándolo, comienza a especificar las buenas partes dél y aquello de que se compone y perficiona, para que, asentando los pies las mujeres en aquestas pisadas, y siguiendo estos pasos, lleguen a lo que es una casada perfecta.
Confía en ella el corazón de su marido;
no le harán mengua los despojos.
Después que ha propuesto el sujeto de su razón y nos ha aficionado a él, alabándolo, comienza a especificar las buenas partes dél y aquello de que se compone y perficiona, para que, asentando los pies las mujeres en aquestas pisadas, y siguiendo estos pasos, lleguen a lo que es una casada perfecta.