Volver la mirada hacia atrás
Según las Sagradas Escrituras cuando Lot salió de Sodoma el ángel del Señor les dijo que no volviesen la cabeza para atrás, pero la curiosidad de la mujer de Lot pudo más que lo mandado por el ángel y está volviendo la cabeza para atrás por ver lo que pasaba “ quedo convertida en estatua de sal”. Esto quiere decir que siempre hay que mirar hacia adelante.
En los Evangelios también hay una frase que dice” Quien coge el arado y echa la vista para atrás no es digno del reino de los cielos” todas estas metáforas requieren ser bien interpretadas para no confundirnos. Un servidor fue en su juventud labrador y más de una vez volví la cabeza para atrás para mirar la besana.
El Belmonte que hoy contemplamos no es el Belmonte de la posguerra en el cual pasamos nuestra juventud, entonces los almuerzos eran bien sencillos y repetitivos, pues el pan y azúcar era diario y alguna vez había una onza de chocolate para variar, pero también en las familias pobres y numerosas la madre amasaba un poco de harina y hacia una tortilla de gachasmigas.
También había mujeres que muy de mañana iban de casan en casa apalabrando las raíces que su esposo traería del monte donde había ido muy de mañana a sacarlas, todo esto se graba muy bien en el recuerdo.
Por estas fechas y habiendo sacrificado el cerdo en casa de los abuelos estos invitaban a toda la familia y aquella noche estábamos de enhorabuena, pero al volver a casa oías decir vaya arrabales, y es que en muchas calles no había ni luces era todo barro en la Villa de Belmonte de Cuenca.
Según las Sagradas Escrituras cuando Lot salió de Sodoma el ángel del Señor les dijo que no volviesen la cabeza para atrás, pero la curiosidad de la mujer de Lot pudo más que lo mandado por el ángel y está volviendo la cabeza para atrás por ver lo que pasaba “ quedo convertida en estatua de sal”. Esto quiere decir que siempre hay que mirar hacia adelante.
En los Evangelios también hay una frase que dice” Quien coge el arado y echa la vista para atrás no es digno del reino de los cielos” todas estas metáforas requieren ser bien interpretadas para no confundirnos. Un servidor fue en su juventud labrador y más de una vez volví la cabeza para atrás para mirar la besana.
El Belmonte que hoy contemplamos no es el Belmonte de la posguerra en el cual pasamos nuestra juventud, entonces los almuerzos eran bien sencillos y repetitivos, pues el pan y azúcar era diario y alguna vez había una onza de chocolate para variar, pero también en las familias pobres y numerosas la madre amasaba un poco de harina y hacia una tortilla de gachasmigas.
También había mujeres que muy de mañana iban de casan en casa apalabrando las raíces que su esposo traería del monte donde había ido muy de mañana a sacarlas, todo esto se graba muy bien en el recuerdo.
Por estas fechas y habiendo sacrificado el cerdo en casa de los abuelos estos invitaban a toda la familia y aquella noche estábamos de enhorabuena, pero al volver a casa oías decir vaya arrabales, y es que en muchas calles no había ni luces era todo barro en la Villa de Belmonte de Cuenca.
