Comentario a esta fotografía
Nos encontramos en la primera sala del castillo de Belmonte de Cuenca subiendo por la escalera principal que es de madera y es toda ella una obra de arte, esta sala es la que da acceso a la sala del trono porque vemos su puerta.
Vemos las tres chimeneas con su fogón, pues cuando empezó el castillo a ser habitado no había otro método para calentarse que el fuego con leña y el agua para lavarse el cuerpo había que calentarla en el barreño, como vemos con todo su lujo tenias menos comodidades que una familia normal de las de ahora, que tiene acondicionada su casa.
Cabe resaltar el artesonado del techo de esta sala como la mayoría de los artesonados de las otras habitaciones que conservan su antigüedad. Ahora si visitásemos el castillo veríamos que esta sala ha sido amueblada lo más parecido a como estuvo amueblada en tiempos de la familia Pacheco y luego como la amueblo doña Eugenia de Montijo heredera por línea sanguínea de los Pachecos.
Vemos como apuntalaron una de sus vigas porque corría el peligro de desplomarse estos defectos y otros están corregidos, restaurados y fuera de peligro.
Del poeta de Belmonte
Nos encontramos en la primera sala del castillo de Belmonte de Cuenca subiendo por la escalera principal que es de madera y es toda ella una obra de arte, esta sala es la que da acceso a la sala del trono porque vemos su puerta.
Vemos las tres chimeneas con su fogón, pues cuando empezó el castillo a ser habitado no había otro método para calentarse que el fuego con leña y el agua para lavarse el cuerpo había que calentarla en el barreño, como vemos con todo su lujo tenias menos comodidades que una familia normal de las de ahora, que tiene acondicionada su casa.
Cabe resaltar el artesonado del techo de esta sala como la mayoría de los artesonados de las otras habitaciones que conservan su antigüedad. Ahora si visitásemos el castillo veríamos que esta sala ha sido amueblada lo más parecido a como estuvo amueblada en tiempos de la familia Pacheco y luego como la amueblo doña Eugenia de Montijo heredera por línea sanguínea de los Pachecos.
Vemos como apuntalaron una de sus vigas porque corría el peligro de desplomarse estos defectos y otros están corregidos, restaurados y fuera de peligro.
Del poeta de Belmonte