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BELMONTE: Hola Agustín,...

Hola Agustín,

Gracias por tus refescantes recuerdos. Tienes razón, La Catalana era la que se guardaba en la Fonda y La Golondrina frente al Grupo Escolar. Precisamente, me contaba mi madre que llegó un conductor nuevo de La Golondrina; para entrar tenía que hacer una maniobra porque enfrente estaba la tapia de la Nueva Escuela. "Por casualidad" se encontraba por allí el célebre Isidro, que era el bufón del Sacristán, y se puso a hacerle señas al pobre conductor, éste creía que era empleado de la empresa. Isidro le hizo señas con tanto entusiasmo que se estrelló el autobús contra la tapia. Isidro salió corriendo y el pobre hombre se tiraba de los pelos cuando le informaron que ese era el tonto del pueblo (en cada pueblo había uno). Belmonte aventajaba otro porque tenía dos: Isidro y Maeno.

¡Tenías que recordarme a Marcelo!. Yo jugaba en mi calle, desde la tienda de La Leandra hasta el Bar de Paulino y pasaba frente al callejón. El tal Marcelo tenía un tirador y desde la puerta de su casa me usaba como objetivo del tiro al blanco; el amiguito me pegó tal pedrada que nunca lo he olvidado.

Mi madre decía que el hijo de La Juliana era sacerdote, tal vez fuera otra Juliana. No sabía que Venancio había estado en el Seminario, pero la íltima vez q