BELMONTE: Agustín hay que apuntar que vivió los tres estados...

Agustín hay que apuntar que vivió los tres estados de ánimo del cual nos hablan los filósofos a saber: versión, aversión y conversión.

El primer estado o tiempo de la vida es cuando el hombre todo le atrae quiere vivir la vida y probarlo todo lo que ella le brinda sin pararse demasiado a pensar, siente deseos de apagar el fuego que arde en su interior como un torbellino cuando el hombre goza de salud y es joven. Al paso del tiempo todo busca la calma, de hay que nazca el dicho: “el joven le dijo al tiempo dame un desengaño y el tiempo le contesto yo te iré desengañando”

El segundo estado o tiempo es cuando el hombre empieza a cansarse y va como dominando ese fuego que arde en su interior por algún que otro desengaño que el traduce en experiencia, y que lo va llevando hacia una realidad que el todavía no vislumbra. Aquí el ardor y la pasión van dejando espacio libre, ya que el cuerpo no se excita con la pasión que lo hacia en el inicio de la pubertad.

El tercer estado o tiempo es cuando el hombre de alguna forma se siente contrariado con aquello que el a creído ser un IDEAL y esto lleva al hombre a una Catarsis donde se encuentra con su realidad. A lo largo de este tiempo también ruge dentro del hombre el egoísmo y la competencia, y es que en todo tiempo el hombre esta sujeto a la ley de la carne que le hace la guerra al espíritu.

El año 383 contando Agustín 29 años de edad y estando en Cartago como maestro de retórica, vería cumplido su gran ilusión de ver llegar a su.