Comentario
La ronda del castillo de la villa de Belmonte de Cuenca tiene el piso inclinado esto es para que desagüe bien y vaya directa el agua a la salida
Comentario:
El suelo de la ronda esta inclinado para facilitar el sesague.
Regalando las flores
Con su olor virginal
Junto con sus olores
Es cosa original.
Porque, si va a decir la verdad, ramo de deshonestidad es en la mujer casta el pensar que puede no serlo, o que en serlo hace algo que le deba ser agradecido. Que, como a las aves les es natural el volar, así las casadas han de tener por dote natural, en que no puede haber quiebra, el ser buenas y honestas, y han de estar persuadidas que lo contrario es suceso aborrecible y desventurado, y hecho monstruoso, o, por mejor decir,
COMENTARIO A ESTA FOTOFRAFIA
Nos encontramos en la mismísima roda del castillo de la villa de Belmonte de Cuenca un lugar soleado y fresco tanto en invierno como en verano, aquí siempre corre aire y tiene unas vistas preciosas de lo que es la villa de Belmonte y sus tierras que antiguamente estuvieron pobladas de encinares.
Pero hubo que abrir campos para sembrarlos de cereales.
La ronda del castillo de la villa de Belmonte de Cuenca tiene el piso inclinado esto es para que desagüe bien y vaya directa el agua a la salida
Comentario:
El suelo de la ronda esta inclinado para facilitar el sesague.
Regalando las flores
Con su olor virginal
Junto con sus olores
Es cosa original.
Porque, si va a decir la verdad, ramo de deshonestidad es en la mujer casta el pensar que puede no serlo, o que en serlo hace algo que le deba ser agradecido. Que, como a las aves les es natural el volar, así las casadas han de tener por dote natural, en que no puede haber quiebra, el ser buenas y honestas, y han de estar persuadidas que lo contrario es suceso aborrecible y desventurado, y hecho monstruoso, o, por mejor decir,
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Nos encontramos en la mismísima roda del castillo de la villa de Belmonte de Cuenca un lugar soleado y fresco tanto en invierno como en verano, aquí siempre corre aire y tiene unas vistas preciosas de lo que es la villa de Belmonte y sus tierras que antiguamente estuvieron pobladas de encinares.
Pero hubo que abrir campos para sembrarlos de cereales.