¡Madre mía!, cómo cogería ahora mismo "carretera y manta" y me iría por estas carreteras de Dios hasta encontrar la que separa Villalgordo del Marquesado de Alconchel de la Estrella, aunque sólo fuese para traerme a Barcelona El Ramo de olivo bendecido en este día. ¡Cómo se suele decir..."El año que viene si Dios quiere"! Qué nostalgia, Dios...
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Exactamente al otro lado del Garigliano, la Vía Apia tuerce bruscamente al este, hacia Capua, la cual, en lo que respecta a Apio Claudio, constituía el final del camino.
Al extenderse el poderío romano hacia el sur, Capua se convirtió en una parada más de la gran estrada que, posteriormente, sería ampliada por los constructores hasta mucho más allá, bajo el mismo nombre de Apia...
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A partir de aquí, la Vía Apia se comprimía entre pasos de montaña cada vez más angostos, en la zona de Itri, se desploma hacia el mar a lo largo de un pronunciado desfiladero, tras pasar la que se considera tumba del asesinado Cicerón, en las afueras de Formia. Atraviesa el acueducto, el teatro y las ruinas de la vieja Formiae y llega hasta el río Garigliano. Aquí, invasores sarracenos desembarcaron en el año 846 de nuestra era y se trasladaron al norte para saquear San Pedro de Roma...
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Como la imaginación vuela, hubo un momento que me llevó hasta el año 49 a. de C. Se oían ruido de caballos al galope. "La suerte está echada": César ha cruzado el Rubicón y se ha apoderado de Roma. Su rival, Pompeyo el Grande, cogido por sorpresa, huye hacia el sur por estas mismas piedras, a Brindisi, que marca el final de la Vía Apia, donde embarcará rumbo a Oriente...
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En este lugar, tan abundante en curvas dejamos la moderna carretera, y tomamos lo que parecía ser un camino rural abandonado, aun que en realidad, se trataba de unos pocos kilómetros de la auténtica y secular Vía Apia, respetada por la "Strada" de los años 70...
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Exactamente al otro lado del Garigliano, la Vía Apia tuerce bruscamente al este, hacia Capua, la cual, en lo que respecta a Apio Claudio, constituía el final del camino.
Al extenderse el poderío romano hacia el sur, Capua se convirtió en una parada más de la gran estrada que, posteriormente, sería ampliada por los constructores hasta mucho más allá, bajo el mismo nombre de Apia...
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A partir de aquí, la Vía Apia se comprimía entre pasos de montaña cada vez más angostos, en la zona de Itri, se desploma hacia el mar a lo largo de un pronunciado desfiladero, tras pasar la que se considera tumba del asesinado Cicerón, en las afueras de Formia. Atraviesa el acueducto, el teatro y las ruinas de la vieja Formiae y llega hasta el río Garigliano. Aquí, invasores sarracenos desembarcaron en el año 846 de nuestra era y se trasladaron al norte para saquear San Pedro de Roma...
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Como la imaginación vuela, hubo un momento que me llevó hasta el año 49 a. de C. Se oían ruido de caballos al galope. "La suerte está echada": César ha cruzado el Rubicón y se ha apoderado de Roma. Su rival, Pompeyo el Grande, cogido por sorpresa, huye hacia el sur por estas mismas piedras, a Brindisi, que marca el final de la Vía Apia, donde embarcará rumbo a Oriente...
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En este lugar, tan abundante en curvas dejamos la moderna carretera, y tomamos lo que parecía ser un camino rural abandonado, aun que en realidad, se trataba de unos pocos kilómetros de la auténtica y secular Vía Apia, respetada por la "Strada" de los años 70...