Abrigo espectacular, SOLANILLA DEL TAMARAL

Como disfrutamos ese momento, mi compañero de fatigas y yo. Estabamos en la cueva del arco o del manzanillo, observando los restos de pinturas rupestres e intercambiando opiniones. Al mismo tiempo, contemplabamos el paisaje desde lo alto, el valle y los cerroa eran cautivadores, fué un día muy especial, en pleno corazón de la sierra y saboreando el medio que nos envolvía a ambos.