El que dedicándose a otros menesteres, pudiendo cultivar el amor o la amistad, es por que piensa d manera que, prefiere dedicar mas tiempo a amontonar bienes materiales, que dejará mañana. Como me que da tiempo para desnudar una flor, trataré de olvidar otros bienes terrenales, y acostarme con ella... dejando al resto de el mundo a mis espaldas. vamos a ver que hay para hoy:
FLOR
Me apena aquella flor: tanto me apena
aquella flor, de primavera, enamorada...
Tanto me apena la flor que me cantaba
que mis versos la pronuncian y me tiemblan.
Tiemblan, hoy, escalando peldaños de tristeza
y llama mi soledad donde no estabas
atendiendo a mi voz que suplicaba.
el aroma d aquellas primaveras.
Te nombraba aquel cielo y sus estrellas
sobre otros cielo azul que enamoraba.
Te nombraba cuando dulce y entregada
me nombrabas, mujer; de amor llena.
Te nombraba en el amor y en su entrega
cuando lunas abundantes alumbraban.
Te nombra, cuando bella y entregada
alumbrabas tus estrellas mas bellas.
Te nombraba en las noches mas intensas
en otoños que mil hojas arrastraban
los vientos, bajo cielos que miraban
de sus mas grandes y bellas estrellas.
Te llamaba, reclamando tu presencia
desde el grito de mis flores maltratadas
por los suelos, de un otoño, maltratadas
pereciendo en el llanto de la hierba
LIBERTAD.
FLOR
Me apena aquella flor: tanto me apena
aquella flor, de primavera, enamorada...
Tanto me apena la flor que me cantaba
que mis versos la pronuncian y me tiemblan.
Tiemblan, hoy, escalando peldaños de tristeza
y llama mi soledad donde no estabas
atendiendo a mi voz que suplicaba.
el aroma d aquellas primaveras.
Te nombraba aquel cielo y sus estrellas
sobre otros cielo azul que enamoraba.
Te nombraba cuando dulce y entregada
me nombrabas, mujer; de amor llena.
Te nombraba en el amor y en su entrega
cuando lunas abundantes alumbraban.
Te nombra, cuando bella y entregada
alumbrabas tus estrellas mas bellas.
Te nombraba en las noches mas intensas
en otoños que mil hojas arrastraban
los vientos, bajo cielos que miraban
de sus mas grandes y bellas estrellas.
Te llamaba, reclamando tu presencia
desde el grito de mis flores maltratadas
por los suelos, de un otoño, maltratadas
pereciendo en el llanto de la hierba
LIBERTAD.