Puede, estimada amiga oliva, que sea la costumbre de patear las calles del mundos, el que estas permanezcan realmente desiertas a veces... cuando no frías. Puede que "ese cuesta arriba" de un borracho, agarrado a una botella, a veces tenga sentido. ¿como saber, lo que ese pasante murmura o grita?
Navidad: para loas que no han tenido una infancia maltratada, pera los que no hayan visto destrozados sus belenes, niños, para los que en sus años primeros, se borraron de todos los libros, villancicos, para los que cantaron el cantar de la carencia: Para los anhelantes, a la espera de posibles andenes, donde el silbido de un tren les condujera a alguna parte. Para los que se pasean fronteras con una mísera atada a la espalda... las músicas celestes, no tienen el mismo sonar, que para los OTROS: esos que pasearon lustrosos zapatos por calles bies asfaltadas...
! Claro que es fácil y entrañable cantar las Navidades, lejos de los caminos del frío! ¿Pero que hay de esos Reyes Magos que nunca llegan? ¿Que hacemos con esos niños, que, nacn de cualquier manera. Que viven de cualquier manera, que mueren todos los días de cualquier manera?
Yo tengo mi especial villancico:
>> el llanto de un niño, de muchos niños moribundos, doblándose por el hambre sus flacas piernas; sobre la arena ardiente, o sobre la tierra quemada. Hasta escucho una voz que grita:! CORDURA! y añade en un silencio acusador ¿hasta cuando? ¿hasta cuando unos hombres van a marcar el destino de otros?
Esta podría ser la pregunta de esos hombres, infelices, desde el rugir de sus estómagos vacíos. Esa será la pregunta, de ese hombre de color, cobijado en alguna parte, arropado con una andrajosa manta... y el frío de la noche y sus estrellas. Puede que rece a algún dios. y grite; ¿donde estás?...
Y a lo lejos sobre ese mar que los poetas pintan de azul, navegan los yates, plenos a veces de orgías. Y allá a lo lejos. se ven o se imaginan hermosos palacios.
Sociedad, de tramposos, indolentes e ipocritas... grita está diciendo aquel que se abraza a la botella.! Cacique, tiranos! ¿Que sabéis vosotros?! Vedme en plena calle! Vedme aquí donde me gasto el misero salario que me dais!... Vedme aquí entre los habitantes de las calles! Vedme entre todos los llegados en pateras para alimentar vuestras arcas... ¿Sabéis acaso a caso, que muchos de ellos son cadáveres, bajo vuestros yates?
Puede que algunos conozcáis la palabra piedad,-! sois tan pocos! Puede que os acerquéis a la Iglesia para arrodillaros para arrodillados frente a una estatua digáis: He pecado... Solo será una brizna de cordura que se esfumará en el instante mismo en que os convertís, en amantes del sudor de los otros. Y admiraréis hermosas catedrales. Y percibiréis el olor de la riqueza y...
Ni una estatua para esos miles de niños que mueren cada día, sin saber si sirve para algo la luna o las estrellas. Sin saber que en alguna parte unos enamorados, las contemplan. Sin aprender, tan siquiera las notas de un villancico.
LIBERTAD.
Navidad: para loas que no han tenido una infancia maltratada, pera los que no hayan visto destrozados sus belenes, niños, para los que en sus años primeros, se borraron de todos los libros, villancicos, para los que cantaron el cantar de la carencia: Para los anhelantes, a la espera de posibles andenes, donde el silbido de un tren les condujera a alguna parte. Para los que se pasean fronteras con una mísera atada a la espalda... las músicas celestes, no tienen el mismo sonar, que para los OTROS: esos que pasearon lustrosos zapatos por calles bies asfaltadas...
! Claro que es fácil y entrañable cantar las Navidades, lejos de los caminos del frío! ¿Pero que hay de esos Reyes Magos que nunca llegan? ¿Que hacemos con esos niños, que, nacn de cualquier manera. Que viven de cualquier manera, que mueren todos los días de cualquier manera?
Yo tengo mi especial villancico:
>> el llanto de un niño, de muchos niños moribundos, doblándose por el hambre sus flacas piernas; sobre la arena ardiente, o sobre la tierra quemada. Hasta escucho una voz que grita:! CORDURA! y añade en un silencio acusador ¿hasta cuando? ¿hasta cuando unos hombres van a marcar el destino de otros?
Esta podría ser la pregunta de esos hombres, infelices, desde el rugir de sus estómagos vacíos. Esa será la pregunta, de ese hombre de color, cobijado en alguna parte, arropado con una andrajosa manta... y el frío de la noche y sus estrellas. Puede que rece a algún dios. y grite; ¿donde estás?...
Y a lo lejos sobre ese mar que los poetas pintan de azul, navegan los yates, plenos a veces de orgías. Y allá a lo lejos. se ven o se imaginan hermosos palacios.
Sociedad, de tramposos, indolentes e ipocritas... grita está diciendo aquel que se abraza a la botella.! Cacique, tiranos! ¿Que sabéis vosotros?! Vedme en plena calle! Vedme aquí donde me gasto el misero salario que me dais!... Vedme aquí entre los habitantes de las calles! Vedme entre todos los llegados en pateras para alimentar vuestras arcas... ¿Sabéis acaso a caso, que muchos de ellos son cadáveres, bajo vuestros yates?
Puede que algunos conozcáis la palabra piedad,-! sois tan pocos! Puede que os acerquéis a la Iglesia para arrodillaros para arrodillados frente a una estatua digáis: He pecado... Solo será una brizna de cordura que se esfumará en el instante mismo en que os convertís, en amantes del sudor de los otros. Y admiraréis hermosas catedrales. Y percibiréis el olor de la riqueza y...
Ni una estatua para esos miles de niños que mueren cada día, sin saber si sirve para algo la luna o las estrellas. Sin saber que en alguna parte unos enamorados, las contemplan. Sin aprender, tan siquiera las notas de un villancico.
LIBERTAD.