EL REENCUENTRO.
A veces el recuerdo, despierta, y en el se encienden lunas apagadas.
Era un día, entre tantos uno de esos días vacíos en los que no se espera sucedan grandes cosas.
Hasta aquel día, no eras nada. Llegaste, sin nombrarte, puesto que aún no existías en mi. Eras joven y bonita. tenía una mirada triste. Leería, la tristeza en tus jos, cuando estos me miraron... fugazmente primero, para a través de el vaso que llevabas en ese momento a tus labios, mis ojos, percibir, una mas insistente mirada. Pasaron unos minutos en los que yo veia a tus manos jugar con el vaso vacío sobre la mesa. Si me fijé en tus manos finas y delicadas, y hasta pensé, que serían prodigas en caricias... Volverían a posarse tus ojos en los míos. Te alejaste, y yo te viera partir, mientra me decía: Debiera de haberme acercado... y palpé mi cara, como queriendo convencerme de que aquellas manos tuyas, habían acariciado mi rostro. ¿que me ocurría?
Fuera el día siguiente, a la misma hora y en el mismo lugar... las mismas miradas... ¿Era casualidad? No por mi parte... ni por la tuya: lo supe después.
Yo me había acordado de aquellos tus ojos, en la oscuridad de mi alcoba, en un regodo de la noche... abrazado a mi soledad. Tu estabas pronunciando un grito en el silencio, y por eso, la tarde siguiente, regresé, convencido de que te encontraría.
Tu reapareciste en la noche: pronunciarían tus labios, tras de los besos primeros. Y, nos dijimos: "! por fin nos hemos encontrado!" jugamos con las palabras, los silencios, las risas y las caricias después de que nuestras manos se encontraran entre botellas y vasos, en búsqueda premeditada. Nos habíamos encontrado.
Nos habíamos encontrado aquel día primaveral, en que hubimos decidido, el campo, como escondite... como rincón de caricias prolongadas. Correteábamos, entre risas, por el prado, cerca de el río y yo te atrapaba. y tu te dejabas, y, rodaban nuestros cuerpos abrazados sobre la hierba que se quejaba, bajo nuestro cuerpos. Y cerrabas tus ojos, cuando mis labios se posaban en los tuyos.
Ya estábamos dejando que el amor hablara, entre cantos de ruiseñores (no estoy muy seguro) entre zarzales. Si viera algún pájaro, posarse en los sauces
mientras nuestros cuerpos desnudos se buscaban.
Y regresamos... de aquel acto de amor, silenciosos primero y charlatanes después.
Y se repetirían los encuentros, allí en nuestro río... en ríos de amor.
Y llegarían otos días, en que el mundo parecía haberse detenido en nosotros.
Y llegó la separación
Y el destino, nos diera un castigo inmerecido.
Y pasaron muchos años
Y...
La misma terraza. Tal vez la misma mesa...
Yo miraba al otro lado de la calle. Yo recordaba. cuando tornando mi mirada hacia el local nuestros ojos se encontraron. Corrí a tu lado, nos abrazamos, con ansia. Nonos preguntamos nada. Las gentes sin duda nos miraban...
Algunas lágrimas recorrían las arrugas de tu cara. Tu pelo, teñidoocultaba tus canas...
! Somos unos viejecitos estupendos!- Dijimos al mismo tiempo y nos reímos entre lágrimas. Y no cogimos de la mano. Y nos dirigimos al parque, donde nos dijimos muchas cosas. Y ni un reproche. Solo luego, cuando nos despedimos, tu voz, la misma de cuando LLLEGASTE, a aquellos primaverales días, sonaría triste, mientras decías:
! Podíamos haber sido muy felices!
Y tus labios dibujaron una mueca de dolor.
Fueron días hermosos- respondería yo... mientras nuestras manos unidas, se apretaban muy fuerte sin querer separarse. (Historia dedicada, a mis entrañables amigas de Puerto Llano)
LIBERTAD.
A veces el recuerdo, despierta, y en el se encienden lunas apagadas.
Era un día, entre tantos uno de esos días vacíos en los que no se espera sucedan grandes cosas.
Hasta aquel día, no eras nada. Llegaste, sin nombrarte, puesto que aún no existías en mi. Eras joven y bonita. tenía una mirada triste. Leería, la tristeza en tus jos, cuando estos me miraron... fugazmente primero, para a través de el vaso que llevabas en ese momento a tus labios, mis ojos, percibir, una mas insistente mirada. Pasaron unos minutos en los que yo veia a tus manos jugar con el vaso vacío sobre la mesa. Si me fijé en tus manos finas y delicadas, y hasta pensé, que serían prodigas en caricias... Volverían a posarse tus ojos en los míos. Te alejaste, y yo te viera partir, mientra me decía: Debiera de haberme acercado... y palpé mi cara, como queriendo convencerme de que aquellas manos tuyas, habían acariciado mi rostro. ¿que me ocurría?
Fuera el día siguiente, a la misma hora y en el mismo lugar... las mismas miradas... ¿Era casualidad? No por mi parte... ni por la tuya: lo supe después.
Yo me había acordado de aquellos tus ojos, en la oscuridad de mi alcoba, en un regodo de la noche... abrazado a mi soledad. Tu estabas pronunciando un grito en el silencio, y por eso, la tarde siguiente, regresé, convencido de que te encontraría.
Tu reapareciste en la noche: pronunciarían tus labios, tras de los besos primeros. Y, nos dijimos: "! por fin nos hemos encontrado!" jugamos con las palabras, los silencios, las risas y las caricias después de que nuestras manos se encontraran entre botellas y vasos, en búsqueda premeditada. Nos habíamos encontrado.
Nos habíamos encontrado aquel día primaveral, en que hubimos decidido, el campo, como escondite... como rincón de caricias prolongadas. Correteábamos, entre risas, por el prado, cerca de el río y yo te atrapaba. y tu te dejabas, y, rodaban nuestros cuerpos abrazados sobre la hierba que se quejaba, bajo nuestro cuerpos. Y cerrabas tus ojos, cuando mis labios se posaban en los tuyos.
Ya estábamos dejando que el amor hablara, entre cantos de ruiseñores (no estoy muy seguro) entre zarzales. Si viera algún pájaro, posarse en los sauces
mientras nuestros cuerpos desnudos se buscaban.
Y regresamos... de aquel acto de amor, silenciosos primero y charlatanes después.
Y se repetirían los encuentros, allí en nuestro río... en ríos de amor.
Y llegarían otos días, en que el mundo parecía haberse detenido en nosotros.
Y llegó la separación
Y el destino, nos diera un castigo inmerecido.
Y pasaron muchos años
Y...
La misma terraza. Tal vez la misma mesa...
Yo miraba al otro lado de la calle. Yo recordaba. cuando tornando mi mirada hacia el local nuestros ojos se encontraron. Corrí a tu lado, nos abrazamos, con ansia. Nonos preguntamos nada. Las gentes sin duda nos miraban...
Algunas lágrimas recorrían las arrugas de tu cara. Tu pelo, teñidoocultaba tus canas...
! Somos unos viejecitos estupendos!- Dijimos al mismo tiempo y nos reímos entre lágrimas. Y no cogimos de la mano. Y nos dirigimos al parque, donde nos dijimos muchas cosas. Y ni un reproche. Solo luego, cuando nos despedimos, tu voz, la misma de cuando LLLEGASTE, a aquellos primaverales días, sonaría triste, mientras decías:
! Podíamos haber sido muy felices!
Y tus labios dibujaron una mueca de dolor.
Fueron días hermosos- respondería yo... mientras nuestras manos unidas, se apretaban muy fuerte sin querer separarse. (Historia dedicada, a mis entrañables amigas de Puerto Llano)
LIBERTAD.
Libertad, a punto estaba de cerrar el PC cuando me ha sorprendido tu relato, muy hermoso, mucho, te agradezco de corazón la parte de dedicatoria que me corresponde jejej. como diría Loli, yo cogí mi parte.
Muchas veces he querido comentártelo y siempre lo olvido, pero ahora aunque sea aquí en el foro, te animo a que participes en el concurso que el grupo de amas de casa “El Timón” hacen cada año por San Valentín. Seguramente Loli sabe más sobre el tema.
Digo más o menos como Piri a tu comentario de la boda, a la que yo tampoco asistí jeje te aseguro que la de nuestros hijos, ni se hizo en el Escorial ni acudieron bigotes, ni damas de mucha tela y poca chica, bueno ahora que pienso si había bigotes el de dos tíos de los contrayentes, pero para nada saben del caso Gurtel, ellos están en otra onda, en la del trabajo duro del día a día y pensando como llegar a fin de mes sin que a su familia le falte lo elemental.
Muchas veces he querido comentártelo y siempre lo olvido, pero ahora aunque sea aquí en el foro, te animo a que participes en el concurso que el grupo de amas de casa “El Timón” hacen cada año por San Valentín. Seguramente Loli sabe más sobre el tema.
Digo más o menos como Piri a tu comentario de la boda, a la que yo tampoco asistí jeje te aseguro que la de nuestros hijos, ni se hizo en el Escorial ni acudieron bigotes, ni damas de mucha tela y poca chica, bueno ahora que pienso si había bigotes el de dos tíos de los contrayentes, pero para nada saben del caso Gurtel, ellos están en otra onda, en la del trabajo duro del día a día y pensando como llegar a fin de mes sin que a su familia le falte lo elemental.
Mensaje
Me gusta
No