Solo apareció Maxi: no muy madrugador pero apareció: saludos.
<<<Yo voy a volar hoy hacia otros pájaros, pues los de ayer no quieren nombrarte... quiere mi voz apartar toda luna pálida, de tus cielos por que los estás vistiendo de otoño. Me alejo de tu otoño, y. piensa que el otoño no devuelve al árbol las hojas caídas. El otoño tiembla a medida de que el invierno aproxima sus besos fríos. Pero este invierno me invita a pensar sería bueno correr tras otras primaveras.
Yo quería aventurarme en la tarde y me sorprendió la noche, en la ciudad bulliciosa. Yo vagaba en la noche húmeda y sombría en busca de algo. La noche me cobijaba por las callejas. No podía imaginarme que en aquellas tabernas, se hubiera refugiado una mujer... diferente a las otras, que lucían sus carnes a la luz de las farolas... esperando a su "victima". tal vez un borracho, al que tal vez consolaría con una historia.
Yo había olvidado lo discursos de el día anterior, con aquella cuyos caprichos pe exasperaban... y sus celos infundados. Yo había dicho:! Bah! con una entereza que me sorprendió: el cielo prometido, se había llenado de oscuridad! Bah!- me repetí cuando cruce el umbral de aquel bar que olía a alcohol...
Alli estabas tu... pensativa a juzgar por tu postura. Allí estabas, luego mirándome fijamente. Tus ojos- me dije- me querían decir algo. te miré largamente mientras apuraba aquella cerveza que se me antojó demasiado fría. Tal vez tu mirada me estaba preguntando si estaba solo, al igual que la mía. Yo leí en ti una mujer... decidida, a la que nada arredraba, salvo la soledad.
Me dirigí a hasta tu mesa, sorprendido por mi atrevimiento: me sonreías en un gesto de triunfo mal disimulado. Un pensamiento fugaz, me decía. que tu deseabas el encuentro.
-! Hola! Estoy solo. me agobia la soledad y...
-Yo también estoy sola... la curiosidad me ha traído hasta aquí. En realidad, es la curiosidad la que me ha traído. Ya me marchaba, cuando te vira entrar, indeciso, lo que me hizo suponer que tu tampoco estás acostumbrado a estos lugares... en la noche. Mientra me mirabas me estaba diciendo:
-Acaba de entrar un solo entre los solos... muy diferente a los moscones que han pretendido, atraer mi mirada desde su turbia mirada.. Acababa de entrar un triste, entre los tristes- dijo- mientras reía.
Yo también reí su acertada ocurrencia.
Y nos marchamos. Y chalamos sin parar como si hubiéramos esperado toda una vida a que llegara el momento de contarnos nuestras vidas. Y caminamos, burlando cansancios: burlando la soledad.
Y nos olvidemos de el mundo, ya en la plaza, donde las farolas dibujaban sombras.
Y nos escullimos, en un recodo de el campo, y la noche abrazó nuestro primer abrazo, y los siguientes. La luna brillaba entre las palmeras...! Nada importa la Luna!- me estaban diciendo tus besos apasionados.
Dos almas solitarias se habían encontrado. dos cuerpos solitarios, estaban unidos en la noche y la magia de el amor.
Y los rayos de la luna dibujaban, lunas mágicas... que invitaban a las estrellas a salir de su letargo, y fueron testigos, y sería testigos de la soledad vencida.
Y un largo silencio, nos condujo, ha hermosos y desconocidos silencios.
LIBERTAD.
<<<Yo voy a volar hoy hacia otros pájaros, pues los de ayer no quieren nombrarte... quiere mi voz apartar toda luna pálida, de tus cielos por que los estás vistiendo de otoño. Me alejo de tu otoño, y. piensa que el otoño no devuelve al árbol las hojas caídas. El otoño tiembla a medida de que el invierno aproxima sus besos fríos. Pero este invierno me invita a pensar sería bueno correr tras otras primaveras.
Yo quería aventurarme en la tarde y me sorprendió la noche, en la ciudad bulliciosa. Yo vagaba en la noche húmeda y sombría en busca de algo. La noche me cobijaba por las callejas. No podía imaginarme que en aquellas tabernas, se hubiera refugiado una mujer... diferente a las otras, que lucían sus carnes a la luz de las farolas... esperando a su "victima". tal vez un borracho, al que tal vez consolaría con una historia.
Yo había olvidado lo discursos de el día anterior, con aquella cuyos caprichos pe exasperaban... y sus celos infundados. Yo había dicho:! Bah! con una entereza que me sorprendió: el cielo prometido, se había llenado de oscuridad! Bah!- me repetí cuando cruce el umbral de aquel bar que olía a alcohol...
Alli estabas tu... pensativa a juzgar por tu postura. Allí estabas, luego mirándome fijamente. Tus ojos- me dije- me querían decir algo. te miré largamente mientras apuraba aquella cerveza que se me antojó demasiado fría. Tal vez tu mirada me estaba preguntando si estaba solo, al igual que la mía. Yo leí en ti una mujer... decidida, a la que nada arredraba, salvo la soledad.
Me dirigí a hasta tu mesa, sorprendido por mi atrevimiento: me sonreías en un gesto de triunfo mal disimulado. Un pensamiento fugaz, me decía. que tu deseabas el encuentro.
-! Hola! Estoy solo. me agobia la soledad y...
-Yo también estoy sola... la curiosidad me ha traído hasta aquí. En realidad, es la curiosidad la que me ha traído. Ya me marchaba, cuando te vira entrar, indeciso, lo que me hizo suponer que tu tampoco estás acostumbrado a estos lugares... en la noche. Mientra me mirabas me estaba diciendo:
-Acaba de entrar un solo entre los solos... muy diferente a los moscones que han pretendido, atraer mi mirada desde su turbia mirada.. Acababa de entrar un triste, entre los tristes- dijo- mientras reía.
Yo también reí su acertada ocurrencia.
Y nos marchamos. Y chalamos sin parar como si hubiéramos esperado toda una vida a que llegara el momento de contarnos nuestras vidas. Y caminamos, burlando cansancios: burlando la soledad.
Y nos olvidemos de el mundo, ya en la plaza, donde las farolas dibujaban sombras.
Y nos escullimos, en un recodo de el campo, y la noche abrazó nuestro primer abrazo, y los siguientes. La luna brillaba entre las palmeras...! Nada importa la Luna!- me estaban diciendo tus besos apasionados.
Dos almas solitarias se habían encontrado. dos cuerpos solitarios, estaban unidos en la noche y la magia de el amor.
Y los rayos de la luna dibujaban, lunas mágicas... que invitaban a las estrellas a salir de su letargo, y fueron testigos, y sería testigos de la soledad vencida.
Y un largo silencio, nos condujo, ha hermosos y desconocidos silencios.
LIBERTAD.