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PUERTOLLANO: Aquella noche, la luna me miraba, hermosa y blanca,...

Aquella noche, la luna me miraba, hermosa y blanca, escribiendo sobre las olas versos de tristeza.
Aquel día, tras una cruel despedida, trajo una noche- muchas noches- larga y cruel, en las que en el mar cesaron los cantos de sirenas; conque tu y yo, en aquella playa, tantas noches soñábamos, mil horas.
Tu te quedaste el la otra orilla: triste, sobre la playa, sobre nuestra playa, dibujando en la arena tus llamadas de llanto, derramando las gotas de tus ojos, sobre las aguas que lamían la playa: te hablaban de mi pena. Te decían que yo me alejaba, en la noche y bajo la luna, sobre un mar que albergaba silencios infinitos. Y tu, amor, seguramente, estabas hablando con extraviadas caracolas... desesperada.
Yo y el mar. Yo, el mar, sin ti y en mi soledad, sobre aquel horrible barco, te estaba llamando, Yo huérfano de tus abrazos, te estaba nombrando en lo mas profundo de aquellas tiernas caricias, que me nombraban las estrellas.
Yo te albergaba, To te besaba. Yo bebía tus lágrimas. Yo te abrazaba, dibujando días azules.
Yo pronunciaba palabras a tu oído, y te reías, como tu sabías hacerlo, y amaneció un instante, en que te vi caminar sobre las aguas oscuras, y estas se tornaron azules de pronto, me llamabas, me invitabas a que te siguiera, por aquel mar azul, bajo la luna grande y blanca, hasta nuestra playa...
Un golpe de mar, me saco de mi sueño: te había amado sin que tu lo supieras. Despierto, muy despierto, maldije al mar y la distancia. Maldije mi destino, pero... aún me quedaron fuerzas para nombrarte, despierto, en aquella noche larga y fría, en la que me habían visitados tus suspiros. en la que había bebido tus lágrimas calientes y saladas... Allí, en mitad del océano. por la cubierta, rodaron unas lágrimas, intensas, hasta la oscuridad de las aguas. por un istante pensé si el mar se volvería, azul para siempre.
¿Seguía soñando despierto?
LIBERTAD,
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Emotivo relato amigo, que solo cuando se ha vivido esa situación, solos desde la cubierta del barco que nos aleja de la mujer amada se puede recordar, el destino caprichoso nos arranca de los brazos de la felicidad, llevándonos con furia a lugares lejanos, pero nada ni los más fuertes vientos nos pueden arrancar esos vellos recuerdos…. cuídate amigo..