>>> LA NIEBLA... Y LA CUERDA.
El ayer. El HOY. El mañana y la voz de la niebla que se me retuerce en la memoria; el silencio t tal vez alguna lágrima- pensaba yo- Y de gentes que anejan y de gentes que son manejadas... en el abrazo del silencio y de la niebla. hasta pensaba que en el mundo se entierran demasiados muertos inútiles, por que perversos hombres,,, cuando algo se movió entre la niebla, o tal vez era la niebla, la que se deslizaba entre los matojos, y me trasladaba esa impresión interrumpiendo, el hecho de que yo soñaba con la romería y algún baile por mi parte.
Unos tirones a la cuerda que me unía a la ametralladora. Tres tirones era pedir si había novedad y otros tres que no la había: no hubo ni tres ni ninguno. Insistencia: nada. ¿Que leches pasa? Los segundos se hacían siglos. Oído atento: nada,,, es que un silencio cortante. Y la inquietud por que al otro lado nadie respondía. La granada: esta se atascaba, y por fin esta en mi mano, y a trepar entre matojos hasta la trinchera, cuerda; adelante.! Nuevo susto! Borrosas las piedras se hicieron mas visibles, cuando tiré de la cuerda y algo arrastro que hizo las piedras cayeran cerca de mí entre los matojos. había que saltar dentro y... Un bulto acurrucado al lado de la ametralladora, inmóvil. Silencio: el silencio es atroz a veces, tal vez pensé. Sigilosamente puse la mano en el compañero, este saltó asustado: dormía. Solo le dije. Si en mi lugar hubiera sido el teniente, ¿que hubiera sucedidos? Aquel muchacho (de murcia para mas señas exclamó:! Hostias me he quedado dormido!
Entra pulgas aquella noche ya no dormí.<<<
Libertad
El ayer. El HOY. El mañana y la voz de la niebla que se me retuerce en la memoria; el silencio t tal vez alguna lágrima- pensaba yo- Y de gentes que anejan y de gentes que son manejadas... en el abrazo del silencio y de la niebla. hasta pensaba que en el mundo se entierran demasiados muertos inútiles, por que perversos hombres,,, cuando algo se movió entre la niebla, o tal vez era la niebla, la que se deslizaba entre los matojos, y me trasladaba esa impresión interrumpiendo, el hecho de que yo soñaba con la romería y algún baile por mi parte.
Unos tirones a la cuerda que me unía a la ametralladora. Tres tirones era pedir si había novedad y otros tres que no la había: no hubo ni tres ni ninguno. Insistencia: nada. ¿Que leches pasa? Los segundos se hacían siglos. Oído atento: nada,,, es que un silencio cortante. Y la inquietud por que al otro lado nadie respondía. La granada: esta se atascaba, y por fin esta en mi mano, y a trepar entre matojos hasta la trinchera, cuerda; adelante.! Nuevo susto! Borrosas las piedras se hicieron mas visibles, cuando tiré de la cuerda y algo arrastro que hizo las piedras cayeran cerca de mí entre los matojos. había que saltar dentro y... Un bulto acurrucado al lado de la ametralladora, inmóvil. Silencio: el silencio es atroz a veces, tal vez pensé. Sigilosamente puse la mano en el compañero, este saltó asustado: dormía. Solo le dije. Si en mi lugar hubiera sido el teniente, ¿que hubiera sucedidos? Aquel muchacho (de murcia para mas señas exclamó:! Hostias me he quedado dormido!
Entra pulgas aquella noche ya no dormí.<<<
Libertad
