BELENES
! Ah las voces! Esas voces
que de olvidos se desangran,
se asoman a frías nieves...
en el verso hecho palabra.
Duelen las calles: las mil calles
oscuras, infinitamente heladas
donde habita la ternura
en noches hiriendo albas.
Duela la voz desasistida:
esa voz nunca apagada,
olvidada, no sentida
por que mesas muy colmadas
no saben de callas frías.
-Estan lloviendo los ojos
de mi pluma, y con ternura
recoge chorros de llanto
de mil abiertas heridas-
¿Está mi pluma rezando
porque conciencias dormidas?
Está mi pluma acusando
a manos, ásperras y frías
Está en la calle de todos
y allí en las calles de nadie.
Está en las voces del dolo
y hasta en los gritos del aire
nombra corazones rotos
en mansiones señoriales...
que nublan sin piedad ojos
que gotean en mil calles.
Los pobres huelen a pobres
y a lechos de paja,
y lechos de cartones...
Y huelen a noches largas
del hombre: de los mil hombres
goteando desde sus gargantas
y los nudos de sus voces.
llamando a la esperanza.
Miradas indiferentas
brotan dela torres altas.
no ven violines tristes
gimiendo en la calle larga.
Ni la noche, ni confines
de la oscuridad helada.
Se cierran puertas
se acerca a la llamada,
de belenes mil que tiemblan.
¿Donde soñados belenes?
Son gritos desde la nieve.
Son las mariposas blancas...
y siglos, siglos de voces
en lechos fríos de paja.
Son las voces de la noche
que que está buscando un alba.
libertad
! Ah las voces! Esas voces
que de olvidos se desangran,
se asoman a frías nieves...
en el verso hecho palabra.
Duelen las calles: las mil calles
oscuras, infinitamente heladas
donde habita la ternura
en noches hiriendo albas.
Duela la voz desasistida:
esa voz nunca apagada,
olvidada, no sentida
por que mesas muy colmadas
no saben de callas frías.
-Estan lloviendo los ojos
de mi pluma, y con ternura
recoge chorros de llanto
de mil abiertas heridas-
¿Está mi pluma rezando
porque conciencias dormidas?
Está mi pluma acusando
a manos, ásperras y frías
Está en la calle de todos
y allí en las calles de nadie.
Está en las voces del dolo
y hasta en los gritos del aire
nombra corazones rotos
en mansiones señoriales...
que nublan sin piedad ojos
que gotean en mil calles.
Los pobres huelen a pobres
y a lechos de paja,
y lechos de cartones...
Y huelen a noches largas
del hombre: de los mil hombres
goteando desde sus gargantas
y los nudos de sus voces.
llamando a la esperanza.
Miradas indiferentas
brotan dela torres altas.
no ven violines tristes
gimiendo en la calle larga.
Ni la noche, ni confines
de la oscuridad helada.
Se cierran puertas
se acerca a la llamada,
de belenes mil que tiemblan.
¿Donde soñados belenes?
Son gritos desde la nieve.
Son las mariposas blancas...
y siglos, siglos de voces
en lechos fríos de paja.
Son las voces de la noche
que que está buscando un alba.
libertad
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