Bueno, chavalas y chavales... A AGUANTARME TOCAN. Después de una hartada de marisco,. paso a imaginarme que ha habido un pequeño recuerdo para este viejo cascarrabias.
Y como EL MAR ME HA COLMADO DE SUS FRUTOS NATURALES, y tierra adentro de mil ruidos, voy a tratar de "dibujarlos" como me dictara el momento. Acabo de llegar.
VIENE DEL MAR colmado... y de mil ruidos
de olas que en la arena se detienen.
Viene a balancearse en los vaivenes
de versos, en el tiempo entristecidos...
ESE HOMBRE- el tiempo lo a querido-
viene de donde el alma se endurece.
Viene inmensamente triste y enloquece
paseando por las calles del olvido.
Vino por la escasas gotas de rocío
oteando su horizonte interminable,
por calle infecundas: esas calles
del desdén; en los barros y los fríos.
Asomado al balcón de los mil ruidos
de amargura y estallido de cristales,
mudas la puertas, cerradas... y el desaire;
empujado a la crueldad de los caminos.
Camina el hombre, pues sin el abrigo
de una mano que en la suya le navegue:
que le ofrezca calor, que un! hola! entregue.
y arrope en sus silencios infinitos.
Es el hombre: caminante entristecido,
desahuciado, maltratado injustamente...
Es el hombre que me nace y que me crece.
en cada hombre que me encuentro, malherido-
MONEDERO,
Y como EL MAR ME HA COLMADO DE SUS FRUTOS NATURALES, y tierra adentro de mil ruidos, voy a tratar de "dibujarlos" como me dictara el momento. Acabo de llegar.
VIENE DEL MAR colmado... y de mil ruidos
de olas que en la arena se detienen.
Viene a balancearse en los vaivenes
de versos, en el tiempo entristecidos...
ESE HOMBRE- el tiempo lo a querido-
viene de donde el alma se endurece.
Viene inmensamente triste y enloquece
paseando por las calles del olvido.
Vino por la escasas gotas de rocío
oteando su horizonte interminable,
por calle infecundas: esas calles
del desdén; en los barros y los fríos.
Asomado al balcón de los mil ruidos
de amargura y estallido de cristales,
mudas la puertas, cerradas... y el desaire;
empujado a la crueldad de los caminos.
Camina el hombre, pues sin el abrigo
de una mano que en la suya le navegue:
que le ofrezca calor, que un! hola! entregue.
y arrope en sus silencios infinitos.
Es el hombre: caminante entristecido,
desahuciado, maltratado injustamente...
Es el hombre que me nace y que me crece.
en cada hombre que me encuentro, malherido-
MONEDERO,