Compramos energía a futuro

PUERTOLLANO: Buenas noches Enriqueta, ya ves que estabas en lo cierto,...

Y para el resto otro tema. Y que conste que no voy a nombrar que TODOS. no sin antes decir que no es que esté perezoso... del todo, es solo que hando corrigiendo coas.
Y a propósito, como no se si tendréis esto: vaya hoy antes de que lo guarde en unas carpetas.
También para Manuel que a veces lo leo por alguna parte.
Cuando ESTO ya dejé de ser niño...! y vaya si me costaba ganar el pan, mientras!

OLÍA EL CAMPO...

Olía a tierra mojada
y a trigo dorado el campo.
la brisa se descolgaba
de las colinas al prado
mientras la Luna
su mano sobre mi mano
-! Que bella era la zagala
de su cuerpo enamorado!-
por el sendero entre zarzas
con un alba iluminado.

! Que rocío de la rusa
que recibí de sus labios...
y como temblaba toda,
ya en el canto de los pájaros!
libertd

Y bueno, como corrigo. en otra ocas´´in la veréis enterita.
Abrazos a todos

Muy atareado te veo en correcciones, asi que no te molesto mas porque ya estoy esperando leerla completa

Mira: pues ta la envío completa: ya está lista. Si que tengo tarea, y ya casi para hacer un libro de varias páginas. me láré después con alguno delos cuentos o relatos. mientras nacen cosas nuevas; de viejos sabios y sufridos. Y de niños a los que no se les permite ser sabios... porque el mundo lo "quiere" así.

OLÍA A TIERRA MOJADA

Caía una gran cascada
de luna: en mi costado
otra luna madrugaba,
tierno amor alumbrando.
Olía a tierra mojada
y a trigo dorado el campo.
La brisa se descolgaba
de las colinas al prado
mientras la Luna miraba:

Brotó al Este cielo claro.
! que bella era la zagala,
en el viento enamorado
por el sendero, entre zarzas
y de luna iluminado!
! Dulce rocío de rosas
probé de sus lindos labios!
! Y, como temblaba toda
buscando en amor, buscando
en caricias zurcidoras
silencios: silencios largos!

Llovía, a amor sin pausa
al amanecer y luego
al brillo de su mirada...
que expreso un pequeño miedo
cuando otra madrugada
desde los ojos del cielo
eran claridad de alba.
Y nos arrulló el silencio:
! Me pareció murmuraba
cuando mil caballos fieros
galoparon las cañadas
de su cuerpo todo entero...
cuando mas dicha prestaba!

Llovían plumas de besos
en la brisa enamorada
cuando pájaros viajeros
en mil cantos despertaban
y le regalé un:! tequiero!
desde el cuerpo y el alama.
Y porque olía a romero
y el campo a tierra mojada...
Y porque brotó un lucero
una hermosa madrugada.
libertad.
y el campo a tierra mojada

Buenos dias Juan, ya leo que alli va apretando el vcalor, pues aqui hace mucho frsquito, tanto es asi que voy a cerrar el balcon porque hace fresco dentro y tanto la abuela como yo no dejamos de estornudar...

Muy bellos versos, tengo que decirtelo, me han dado ganas de seguirtelos, quiero decir de hacer como otras veces uno en respuesta, pero he pensado que no, que mejor se quedan sin una continuacion porque son preciosos

Muchos besos y que esos "te quiero" permanezcan vivos mucho tiempo

Pues mira chavala. Que vengo de dar una vuelta, y ys se pone serio el día, Aywe otro tanto de lo mismo, pienso que menos que hoy: esto aprieta. Visto el panorama, me refugio bajo teja. La huerta se está abrasando, me temo que pocoa mas va a dar. Eso si fruta, aún comiendo desde junio, supongo, que hay `para todo el invierno, y ya sabes lo delos frasquitos: allí irán a parar, una buenaparte de los paraguayos:! que hermosura! Mis primos ya se llevaron, de un solo árbol; pero hay tantos que ni se nota.
El poema era un poco mas corto, le he añadido algunos versos mas. Solo dos veces me he pasado, del des si que da un folio: calculo bien.
Abrazos a la abuela y para ti

Buenos dias Juan, pues ya ves, aqui tampoco va a tardar mucho en calentar mas el sol, lastima que achicharre la huerta, pero ya ves, al menos en fruta es un buen ahorro asi que bien venida sea la huerta y sus frutos, eso si, gracias tambien al jardinero que lo cuida con esmero

Muchos besos

Buenas noches Loli, ya te va quedando poquito para la vuelta a casa ¿como se ha dado la tarde. Leyendo la narración de ayer, pues la lei un poco por encima y hoy me he detenido y he visto como retrata este hombre las cosas emblemáticas de Puertollano y es bastante emotivo.
Hay que ver los buenos escritores que tenemos aquí y no se les da la publicidad que se merecen porque son muy modestos, bueno con la salvedad de María Dueñas con su libro "EL TIEMPO ENTRE COSTURAS" que es genial y buenísimo.
Mira, pensando eso, he recordado un libro (que por cierto lo he debido dejar y
no recuerdo a quien) que su autora se llama Carmen Caballero y su padre era maquinista del trenillo de la calzada y sobre eso va su libro, sobre vivencias de su familia de Calzada y su casa de aquí de Puertollano que estaba es la esquina, no sé si la calle Velez o Alameda, si comentaba en un capítulo que era aquella que tenía unos llamadores dorados que eran cabezas de leones y la puerta era de madera pintadade verde, quizá tu madre sí la recuerde.

Es un poco largo el capítulo, pero es tan gracioso e interesante que no me resisto a ponerlo.

Un mal apaño

Según contaba mi madre, aquel uno de enero, la abuela Dolores se había levantado, pero que muy decidida.
-De hoy no pasa; esto lo arreglo yo ¡vaya si lo arreglo! Año nuevo... ¡vida nueva!
Bajó a la cocina y sin tomarse siquiera un churrete de café, se sentó en su silla baja y ancha de anea, cruzó los brazos bajo la pelerina, agachó la cabeza y empezó a hilvanar lo que iba a decir.
Al cabo de un buen rato, hizo su entrada el más pequeño de los hijos.
-Buenos días madre… y se fue derechito al fogón.
-Eso es lo que yo quiero, hijo. Que sean buenos… respondió ella con retintín y sin cambiar de postura. Pero como el otro no se daba por aludido continuó-…que te estoy esperando…para hablar de tu porvenir…Paco.
Al oír aquel “Paco”, el muchacho, que removía los tizones en ese momento, dio un respingo.
-Pero, madre ¿a qué viene eso tan temprano?
-Dirás temprano por ser de mañana, claro, porque lo que es de años…
- ¿Ya empezamos otra vez? –y Paco soltó la badila con malos modos e hizo ademán de marcharse.
- ¡Ni se te ocurra! –Dijo ella cortándole el paso de un salto- ¡Siéntate ahora mismo y escucha a tu madre! ¡Vamos, hombre!
El chico se sentó en la silla baja y desde allí, la abuela Dolores le pareció más amenazadora que nunca.
- ¿Sabes, Paco… que ya tienes veintisiete años? –preguntó deletreando las sílabas.
-Pues claro que lo sé, madre ¡que cosas tiene usted! ¿Y qué?
-Eso digo yo… ¿Y qué? – Pausa- ¿Y qué es lo que quieres a tus veintisiete años…Paco?
Paco muy colorado, no pudo articular palabra.
- ¡Si, claro! Has sido… peluquero…comerciante… empleado del ayuntamiento… ¡yo qué sé! Un montón de oficios, porque ¿sabes lo que eres, según tu madre?-silencio de Paco –Pues… ¡na! Eres… ¡na, de na! Bueno, si, eres… ¡un mal trabaja! Eso es lo que eres.
-Sin insultar, madre –cortó el chico, por fin algo ofendido.
-Bueno, sin insultar, pero al grano –y siguió sin inmutarse –… ¡Que te casas, Paco! ¡Que te casas!
Paco saltó como por un resorte y la silla de anea cayó hacia atrás.
-Pero, ¿Qué dice madre? ¿Cómo me voy a casar? ¡Si no tengo novia! ¡Ja ja! –Se echó a reír, aunque con pocas ganas.
-Sí Paco, te casas… ¡y con mi sobrina Elisita!
Paco, ante semejante osadía, por muy madre suya que fuera, se atrevió a subir la voz:
-Pero, madre… ¡usted, está loca! ¡Si somos primos hermanos!
- ¡Pues mejor! – Contestó ella, sin alterarse – ¡Así queda todo en familia!
La abuela había meditado el apaño: el abuelo Braulio y ella estaban mayores, así que Paco sin oficio ni beneficio, llevaría la fonda con ayuda de “Elisita” que es ¡tan mujer de su casa! ¡Y tiene un pelo tan hermoso!
- ¿Yo fondista? ¡ni lo piense usted, madre! –y se envalentonó otro poco – ¡ja! Fondista…y casado con la prima Elisa… ¡Estaría bueno! –y quiso reírse otra vez, pero le salió como una tos, porque la mirada de la abuela Dolores no dejaba lugar a dudas; y ya sabía Paco por experiencia, lo bien que llevaba puestos los pantalones.
-Pero madre, si la Elisa es muy triste… –dijo él, tristemente también –y, lo peor de todo, madre, es que tiene unos andares… ¡que vaya con Dios!
Pero a la abuela no le faltaban respuestas.
- ¿Los andares de la Elisita? ¡Bien graciosos que son! Y… ¡que es triste la Elisita! ¡Qué sabrás tú! Lo que pasa es que es una chica con ¡vergüenza! Y no las pelifustranas con las que te habrás codeado en Madrid… ¡Gracias a Dios...! ¡Y que es triste la Elisita...!
No se habló más; pero Paco veía crecer en su cómoda los montones de camisas y calzoncillos.
- ¿Qué significa tanta cosa, madre?
Y ella mirándolo fijamente:
-Tu ajuar, hijo.
Y él, vencido:
-Usted gana como siempre, madre.
En ese momento llegó la mía (mi madre) de visita, así que la abuela la incluyo rápidamente en el plan:
-Y tú, Teresa, hija, serás la madrina de tu hermano.
Mi madre se quedó de una pieza.
- ¿Yo? –y como tampoco aprobaba el apaño, quiso poner de su parte – ¡Que estoy de cuatro meses y me mareo!
- ¡Pues te abanicas! ¡Hala, ve preparando la mantilla y la peineta!
Y comenzó el noviazgo ¡Que te vayas a ver a tu novia, Paco! Y Paco iba, y se sentaba en el sofá del rosetón de la tía Primitiva; y cuando se terminaba su chocolate con picatostes ¡Hasta mañana tía!
Y Elisita, con su vaivén particular, acompañándolo hasta la puerta.
- ¡Si Dios quiere! –decía asegurándose su vuelta la tía Primitiva.
Y llegó el día de la boda. Y como era verano y ya se sabe cómo son los veranos de la Mancha, mi padre dejó a mi madre sentadita en la iglesia para evitarle soletón.
-Voy por el novio –y, sudando a chorros, echó por la calle principal camino de la fonda.
Y empezó a pasar el tiempo, y a mi madre, con el embarazo, un vahído va y otro viene. Y la teja y la mantilla que no paraban en su sitio.
Y mi padre y el novio sin aparecer.
-Si es que no quiero casarme… –le decía el pobre Paco, aún en paños menores, a su mejor amigo-. Si la Elisa no me gusta…y, además… ¡con esos andares!
- ¡Que andares quieres que tenga, Paco –contestó el amigo haciéndose cargo –si le falta medio pie
- ¡que le falta qué…!
Cuando llegó mi padre, Paco seguía en calzoncillos.
- ¡Que no me visto, León! ¡Que me han engañado! ¡Que no me caso con una mujer paticoja!
Mi padre no supo qué decir.
-…Pero, hombre Paco,…que está la iglesia llena…Que tu hermana se ha puesto la peineta y todo…, que… –y como Paco no se movía-: que… ¡de qué coño sirve un trozo de pie!
Parece que el argumento y el tono fueron definitivos, porque Paco, solo tuvo fuerzas para protestar débilmente: - ¡Si no tengo gemelos… León! ¡No puedo ir a la boda sin gemelos!

Aquello acabó con la paciencia de mi padre.
-Toma –y se arrancó los suyos de cuajo –anda, toma, ponte los míos… ¡y tira rápido para la iglesia, si no quieres que...!

Y contaba mi madre, que mi padre apareció en la iglesia con los puños colgando y con el novio a rastras.
Y contaron también las malas lenguas que la tía Pati (como luego la llamamos los chicos) no tuvo noche de bodas, ni esa noche ni ninguna otra – ¡cualquiera sabe! –porque, según parece, el tío Paco no consintió verle nunca el medio pie.

CARMEN CABALLERO

Buenas noches Enriqueta, ya ves que estabas en lo cierto, estaba entrando en la cochera a esa hora.

Simpatico relato jeje, y esque llevaba razon Paco, anda con los apaños que se hacian antes en las familias, bueno yo creo que hoy dia algun apaño tambien se sigue haciendo, aunque ya muchisimo menos. Ya ves, y encima de llevarlo a cabo a lo mejor ni fueron felices...

Muchos besos y espero hayas descansado un poco del estres que llevabas esta mañana. Por cierto, al final no iremos al Villar, ya sabes que estando de tarde es imposible, por tanto.... acabo de hablar con mi cuñada y me ha dicho que comeran aqui el domingo que descanso