Buenas tardes AMIGOS, al parecer hay problemas técnicos que nos impiden la retransmisión del encuentro entre el Puerto y el Betis, estamos a la espera…gracias por su comprensión y paciencia je.. je…
Muchas gracias señor comentarista por ese esfuerzo que hoy ha tenido que hacer, para mantener a su aficion informada de como iba el partido de su equipo local... eso se merece un aplauso, un beso y un abrazo, y si hace falta una cercvecita 0,0 y un cigarrillo al aire libre jeje...
Cierto es que trabajo me ha costado el dar con la puntual información, pero una vez mas se ha cumplido con los seguidores del Puerto…
Esa cerveza está hecha y el cigarrillo por supuesto que también, pero de los auténticos que hasta los que venden en las farmacias para dar el pego con el vapor de agua, pues al parecer son nocivos también …ya de puestos que sean auténticos…
Esa cerveza está hecha y el cigarrillo por supuesto que también, pero de los auténticos que hasta los que venden en las farmacias para dar el pego con el vapor de agua, pues al parecer son nocivos también …ya de puestos que sean auténticos…
Acabo de leer en las paginas deportivas de Puertollano, una noticia de la perdida de uno de los jugadores que formó parte del antiguo Calvo Sotelo, y hoy antes del partido se ha guardado un minuto de silencio por el; tomo la noticia de alli y me la traigo, creo que merece ser nombrada la persona que durante algunas temporadas permaneció en el equipo minero.....
"El pasado martes 25 de enero, fallecía en Cataluña el ex jugador del Calvo Sotelo, Ramón Aumedes. El Cd. Puertollano desde su página web mostró su pésame a la familia (al que nos unimos desde aquí) y anunció que se guardará un minuto de silencio en su memoria al comienzo del partido ante el Betis B, este domingo.
En honor a su memoria, el historiador Luis Pizarro ha mandado el siguiente artículo
EN HONOR DE AUMEDES
Por Luis Pizarro
Ramón Aumedes Sarri, nacido en El Poal (Lérida), el 30 de noviembre de 1940, llegó a Puertollano en el verano de 1963, procedente del Constancia de Inca, aunque el club al que pertenecía era el Español de Barcelona, que lo cedió al Calvo Sotelo. Al margen de una mensualidad que no superaba las 5.000 pesetas, cien mil de ficha, y 25.000 más si se ascendía, lo trajeron a esta ciudad. Caracterizado por tener una musculatura muy fuerte, pronto se ganaría el afecto de los aficionados por la simpatía que derrochaba.
La misma temporada que él llegó entraron en la sociedad otros grandes calvosotelistas como Gabiola, Larrea, Portilla o Posada, cuando el club estaba todavía en Tercera División y luchaba ardorosamente por conseguir un puesto en Segunda, que lograría el 21 de junio de 1964, siendo Aumedes uno de los pocos que jugó los siete durísimos partidos de promoción, junto a Dalmau, Larrea y Posada. Su contribución al ascenso se completó con siete goles en Liga y dos durante las eliminatorias de ascenso (como curiosidad, hay que destacar que, en los catorce amistosos en los que intervino marcó nada menos quince tantos).
Al año siguiente formaría parte de la primera delantera azul en Segunda División en unión de Posada, Paredes, Fuertes y Alonso. Aunque luego sólo fue alineado en doce partidos, sus cinco goles le valieron para que el Español lo integrara en sus filas (en las que estaba Di Stéfano), llegando a disputar cuatro partidos en Primera División (1965-66).
Después, tras pasar por Lérida, Iliturgi de Andújar y Caudal de Mieres, no volvería hasta 1971, cuando el Calvo Sotelo pasaba sus peores momentos, tras su descenso a Tercera y apenas había dinero para formar el equipo. En el caso de Aumedes (como en el de su gran amigo Manolo Serrano), las relaciones familiares fueron decisivas (estaba casado con una chica de Peñarroya, que vivía en Puertollano desde muy joven), lo que unido al aprecio de la afición, le decidió a volver. Ya con 30 años, su experiencia sería muy necesaria en un conjunto plagado de gente joven como Chicharro, Rodri, Laborda, Juan Vázquez o Salvador Asensio. Siempre en la brecha, esa temporada se proclamó máximo goleador del equipo con diez tantos, seguido de Velasco con nueve y Chone con seis.
Un año más aguantó sudando la camiseta como un jabato, retirándose en 1973. En las cuatro temporadas que estuvo en el club minero jugó un total de 92 partidos oficiales, en los que consiguió 26 goles.
En estos tiempos, en los que las cosas han cambiado tanto en el mundo del fútbol, es bueno destacar el ejemplo de Ramón Aumedes, siempre dándolo todo por los colores azules, lo que le sirvió para lograr el merecido reconocimiento de la afición puertollanera. Estos días lloramos su pérdida y lamentamos que se haya ido para siempre otro trozo de nuestro corazón azul. Por eso queremos que estas líneas sirvan para honrar su memoria, la memoria de una gran persona y de un buen futbolista. Que descanse en paz.
"El pasado martes 25 de enero, fallecía en Cataluña el ex jugador del Calvo Sotelo, Ramón Aumedes. El Cd. Puertollano desde su página web mostró su pésame a la familia (al que nos unimos desde aquí) y anunció que se guardará un minuto de silencio en su memoria al comienzo del partido ante el Betis B, este domingo.
En honor a su memoria, el historiador Luis Pizarro ha mandado el siguiente artículo
EN HONOR DE AUMEDES
Por Luis Pizarro
Ramón Aumedes Sarri, nacido en El Poal (Lérida), el 30 de noviembre de 1940, llegó a Puertollano en el verano de 1963, procedente del Constancia de Inca, aunque el club al que pertenecía era el Español de Barcelona, que lo cedió al Calvo Sotelo. Al margen de una mensualidad que no superaba las 5.000 pesetas, cien mil de ficha, y 25.000 más si se ascendía, lo trajeron a esta ciudad. Caracterizado por tener una musculatura muy fuerte, pronto se ganaría el afecto de los aficionados por la simpatía que derrochaba.
La misma temporada que él llegó entraron en la sociedad otros grandes calvosotelistas como Gabiola, Larrea, Portilla o Posada, cuando el club estaba todavía en Tercera División y luchaba ardorosamente por conseguir un puesto en Segunda, que lograría el 21 de junio de 1964, siendo Aumedes uno de los pocos que jugó los siete durísimos partidos de promoción, junto a Dalmau, Larrea y Posada. Su contribución al ascenso se completó con siete goles en Liga y dos durante las eliminatorias de ascenso (como curiosidad, hay que destacar que, en los catorce amistosos en los que intervino marcó nada menos quince tantos).
Al año siguiente formaría parte de la primera delantera azul en Segunda División en unión de Posada, Paredes, Fuertes y Alonso. Aunque luego sólo fue alineado en doce partidos, sus cinco goles le valieron para que el Español lo integrara en sus filas (en las que estaba Di Stéfano), llegando a disputar cuatro partidos en Primera División (1965-66).
Después, tras pasar por Lérida, Iliturgi de Andújar y Caudal de Mieres, no volvería hasta 1971, cuando el Calvo Sotelo pasaba sus peores momentos, tras su descenso a Tercera y apenas había dinero para formar el equipo. En el caso de Aumedes (como en el de su gran amigo Manolo Serrano), las relaciones familiares fueron decisivas (estaba casado con una chica de Peñarroya, que vivía en Puertollano desde muy joven), lo que unido al aprecio de la afición, le decidió a volver. Ya con 30 años, su experiencia sería muy necesaria en un conjunto plagado de gente joven como Chicharro, Rodri, Laborda, Juan Vázquez o Salvador Asensio. Siempre en la brecha, esa temporada se proclamó máximo goleador del equipo con diez tantos, seguido de Velasco con nueve y Chone con seis.
Un año más aguantó sudando la camiseta como un jabato, retirándose en 1973. En las cuatro temporadas que estuvo en el club minero jugó un total de 92 partidos oficiales, en los que consiguió 26 goles.
En estos tiempos, en los que las cosas han cambiado tanto en el mundo del fútbol, es bueno destacar el ejemplo de Ramón Aumedes, siempre dándolo todo por los colores azules, lo que le sirvió para lograr el merecido reconocimiento de la afición puertollanera. Estos días lloramos su pérdida y lamentamos que se haya ido para siempre otro trozo de nuestro corazón azul. Por eso queremos que estas líneas sirvan para honrar su memoria, la memoria de una gran persona y de un buen futbolista. Que descanse en paz.
