Como ayer, alguien me recordó que existen hombres y mujeres tristes: ellas aún pariendo de cualquier manera en algunos lugares, y vertiendo lagrimas en otros después de muchas vertidas. Y toda una selva donde a las fieras les gusta la carnaza, desde siglos y por siglos... Decía ayer. Hablaba ayer (hable desde que me diera cuenta) de que los hombres tristes existen mientras, sin que ningún dios, haya solucionado el problema. Y que por tanto, de paraíso nada, a algunos les ha tocado su infierno, porque otros alumbran el fuego-
ESE HOMBRE...
El hombre aquel, el de la triste guitarra:
el que deja caer notas mas tristes en el camino.
El hombre de la guitarrá... y cuerdas rotas
que adivino:
atada al hombro mu dañada su entereza.
tropezando por las muchas piedras del camino,
y muy colmado de dolor y de tristeza.
El hombre aquel.
la mujer aquella
-ambos caminando sin pausa-
caminan, por el barro
en busca de unos gramos de esperanza...
descalzos de piedad: muy descalzos,
y destrozados sus pies en horas cenicientas.
Se les asomarán horas de pan duro, muy temprano
y como aprendieron rezar rezan
con devoción en soles escasos
en pájaros triste que le vuelan.
Estoy pensado en aquel hombre del andamio,
fábrica o mina...
el parado,
y, todo aquel que sabe de hondas humedades.
Estoy hablando
de la mano abandonada:
estoy hablado de la herramienta
muy templada en música de lagrimas.
Estoy hablando de el que se lamenta muy descalzo,
y se cae de bruces en la Tierra.
(libertad) continuará
ESE HOMBRE...
El hombre aquel, el de la triste guitarra:
el que deja caer notas mas tristes en el camino.
El hombre de la guitarrá... y cuerdas rotas
que adivino:
atada al hombro mu dañada su entereza.
tropezando por las muchas piedras del camino,
y muy colmado de dolor y de tristeza.
El hombre aquel.
la mujer aquella
-ambos caminando sin pausa-
caminan, por el barro
en busca de unos gramos de esperanza...
descalzos de piedad: muy descalzos,
y destrozados sus pies en horas cenicientas.
Se les asomarán horas de pan duro, muy temprano
y como aprendieron rezar rezan
con devoción en soles escasos
en pájaros triste que le vuelan.
Estoy pensado en aquel hombre del andamio,
fábrica o mina...
el parado,
y, todo aquel que sabe de hondas humedades.
Estoy hablando
de la mano abandonada:
estoy hablado de la herramienta
muy templada en música de lagrimas.
Estoy hablando de el que se lamenta muy descalzo,
y se cae de bruces en la Tierra.
(libertad) continuará