! Hola Jack! A decir verdad, hace unos instantes, pensaba en ti y enviar un! hola! Y que estaba entre la idea, de a de una manos aún pequeñitas, mirar que llevaba mi abuela, en ese delantal, verde, creo que a rayas blancas, muy parecido o igual que al del carnicero de mi pueblo, que, por cierto, el día de mi visita a Cuenca, coincidió un autobús de Guadalajara y hable con una persona que conocía a uno, que a la vez me conocía.) Pues bien este delantal de mi abuela. cuando descendía de la tienda: a unos 50 metros de su casa, sujeto dicho delantal por una de sus cariñosas manos, a este, niño pícaro que yo fuera, no le hacia falta preguntar que llevaba: aquella tierna y adorada abuelita, mientras acariciaba algún rizo rebelde de mi cabeza, con una mano, agachaba aquella bolsa, casi primitiva pero practica... y una naranja de merienda aquella tarde, con un pedazo de pan. Una naranja para mi solito. Otras veces, solo tocábamos, e media naranja... mi hermana mayor y yo.
Trato de situarme en que edad podría tener: no alanza mi memoria. Si que las naranjas eran diferentes, de piel fina, y de carne roja... que por cierto no eran nada dulzonas. Y, bueno, pues mi abuela Francisca, pues también se mondaba una, y a mi lado daba buena cuenta, pese a que le faltaban algunos dientes a la pobre... pero no su buen humos, sabiduría y dulzura. Hasta riñendo a mi abuelo: -hombre rudo y muy fuerte-, de su sabiduría, cuando el abuelo gruñía diciendo algo asi, como:"Menos libros y otras pamplinas y si la azada y el arado, que es lo que aquí trae de comer... No se si mi padre estaba aún por la zona de la Vera o por Santa Cruz de Retamar, (pueblo que nombraba muchas veces) o era mas tarde de aquella ausencia. Creo que no, puesto que recuerdo, que mi abuela me sentaba siobres sus rodillas, y me contaba cuentos resales, de losbos que se acercaban por las noches al arrabal: decía que arañaban las puertas de los corrales conde encerraban las ovejas. Al final, decía:
! Y ahora a jugar un rato que yo voy alegrar la lumbre y vigilar el puchero antes. Volvio la espalda, y mientras yo abría aquella pesada puerta, escuché que decía:
-! Como pesa el condenado! este va a ser tan grandullón como su abuelo!
Mi muy querida abuela. ahi te equivocaste, me quedé muy cortito... tal vez porque la azada pesaba mas que los libros, y tu no lo sabes, pero la vida después de que te marcharas, fuera dura muy dura.
Y abuelita, termino... porque no quiero que me veas llorar.
(libertad)
Trato de situarme en que edad podría tener: no alanza mi memoria. Si que las naranjas eran diferentes, de piel fina, y de carne roja... que por cierto no eran nada dulzonas. Y, bueno, pues mi abuela Francisca, pues también se mondaba una, y a mi lado daba buena cuenta, pese a que le faltaban algunos dientes a la pobre... pero no su buen humos, sabiduría y dulzura. Hasta riñendo a mi abuelo: -hombre rudo y muy fuerte-, de su sabiduría, cuando el abuelo gruñía diciendo algo asi, como:"Menos libros y otras pamplinas y si la azada y el arado, que es lo que aquí trae de comer... No se si mi padre estaba aún por la zona de la Vera o por Santa Cruz de Retamar, (pueblo que nombraba muchas veces) o era mas tarde de aquella ausencia. Creo que no, puesto que recuerdo, que mi abuela me sentaba siobres sus rodillas, y me contaba cuentos resales, de losbos que se acercaban por las noches al arrabal: decía que arañaban las puertas de los corrales conde encerraban las ovejas. Al final, decía:
! Y ahora a jugar un rato que yo voy alegrar la lumbre y vigilar el puchero antes. Volvio la espalda, y mientras yo abría aquella pesada puerta, escuché que decía:
-! Como pesa el condenado! este va a ser tan grandullón como su abuelo!
Mi muy querida abuela. ahi te equivocaste, me quedé muy cortito... tal vez porque la azada pesaba mas que los libros, y tu no lo sabes, pero la vida después de que te marcharas, fuera dura muy dura.
Y abuelita, termino... porque no quiero que me veas llorar.
(libertad)
Buenas noches AMIGO Libertad, bellos recuerdos tienes de la abuela, ella siempre atenta al nieto para que no le faltara cobijo y su naranja en la merienda.
Pero dices que te quedaste bajito, pues yo creo que si no creciste mas es porque el peso de ese gran corazón que tienes te impidió hacerlo, pero ten por seguro que nadie es mas grande que nadie por muy alto que llegue con sus manos, pero te confesare una cosa ahora que nadie nos escucha…yo tambien lloro y siempre me sobre pongo al mal trago…cuídate chavalin…
Pero dices que te quedaste bajito, pues yo creo que si no creciste mas es porque el peso de ese gran corazón que tienes te impidió hacerlo, pero ten por seguro que nadie es mas grande que nadie por muy alto que llegue con sus manos, pero te confesare una cosa ahora que nadie nos escucha…yo tambien lloro y siempre me sobre pongo al mal trago…cuídate chavalin…