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PUERTOLLANO: buenas tardes libertad, termino de leer la primera...

(continuación)

-! Abuela cuéntame un cuento!-de cía la pequeña. Pero el rostro, visiblemente cansado de la abuela, denotaba a parte de cansancio, una buena dosis de disgusto.
Su rostro, como flores próximas a marchitarse del todo, parecía no escuchar a la nieta, que a cariciaba su muñeca preferida. De vez en cuando miraba los cabellos de la abuela, estos se habían vuelto completamente blancos, en poco tiempo. La nieta, al día de hoy era como aquella niña iluminada... la padre de la pequeña. con essos mismos años. Solo que el cuento de hoy era distinto, y no era para contar a los niños.
había conocido al abuelo hacia muchos años. Bueno desde que eran niños. Luego sería su compañero inseparable en penas y alegrías. Pero de eso había pasado mucho tiempo.
- ¿Quieres bailar conmigo?- le había dicho un día, en la plaza del pueblo, y bailaron aquel pasodoble con la música de aquel viejo piano, que los mozos llavavan calle abajo hasta la plaza. Ella se sintó muy contenta entre aquellos brazos fuertes, muy curtidos por las faenas del campo. aque muchacho se convertiría en el hombre escogido.
hacía ya tiempo que se había fijado en el. Estaba recordando. los días felices a su lado, y esos otros que nunca contaba en sus cuentos. Sus ojos aún bellos, miraba a la nieta con amor, y un rictus de amargura, alumbró su rostro, porque no podía contar a la pequeña el cueno triste de aquella mañana. Se lo estba contando asi misma, mientras con honda pena miraba a la nieta. para que esta no viera estaba a punto de llorar, se dirigió a la ventana, abrió esta, y unas lágrimas, cayeron hasta la calle. La pequeña le había preguntado el porqué algunas niñas no tienen mama.
Una paloma en las casas de enfrente, posada sobre el tejado ahuecaba su plumaje! que casualidad, hoy también y también hoy un día grisaceo! Luego se retirarían las nubes.
-Tu madre "se marchó... ¿sabes?. Tu madre se marchó... lejos muy lejos...
- ¿A el cielo, como la madre de la nieta de la portera?
-Bueno... si. Mintió. A la abuela ne le gustaba mentir, pero no encontró nada mejor el primer día que la nieta, le preguntara por su madre.
-Tu mamá se marchó y todos quedamos muy triste, y tu eras mu pequeña, y...
- ¿Porque lloras abuelita?
-Nada, no es nada.
-Quiero que me digas porque lloras...
La nieta no obtendría respuesta. La nieta de decía:
-Aabuelita, no quiro verte llorar... ¿quie ha llamdo al telefono? había preguntado la pequeña que se motó en esos momentos en las rodillas de su abuela...
-! Huy como pesas, que grandota te has hecho,. Y la acariciaba de sus rugosas manos.
- ¿Era guapa mi mamá?... Porque tu abuelita eres la abuela mas guapa de las abuelas que conozco... ¿sabes?
-El telefono... era, era una amiga, una amiga que tiene una nieta, y esta tampoco tiene mamá. La mamá murió el día que la nieta nació.
-Dime abuelita: ¿El Cielo está muy lejos?
-Mucho,. Imagina el pueblo, pues bien cien veces mas, bueno, mil veces...
¿Que son mil veces abuelita?
- Pues mira, como te diría yo: es lejos, tan lejos el cielo que se tardan años en llegar...
- ¿Cuantos años?
-Pues mira, no sabría decirte... a veces muchos ¿sabes? Como ir al pueblo, un día y regresar, y otro, y otro... bueno una eternidad.
¿Y que es una eternidad?
- ¿Una eternidad? Una eternidad, es... bueno siempre, que no tiene fin, Pero bueno como te habllaba de tu madre y del pueblo... allí nació tu madre, que entonces era como tu, una chiquilla preguntona...
-Que es preguntona?...
Preguntona es una jovencita que quire saber mu deprisa:
¿Y eso es malos, abuelita?
-No, eso no es malo. Mi abUela me decía que el saber no ocupa lugar y...
- ¿Que es lugar?
Pues lugar, es un espacio, o en el tiempo. pero hablábamos de tu madre, de como a veces se marchaba sola hasta los huertos, se subía a los árboles y trepaba las tapias, creciço alegre y se hecho luego una mujer hermosa. Tu abuelo y yo nos dimos cuenta enseguida y...
-Se interrumpió, y posando con ternura a la nieta en el suelo, se dirigió de nuevo a la terraza. Otra vez las palomas, se ahuecaban las plumas. Otra vez la abuela lloraba. Otra vez la pequeña a su lado, cogiendo su mano y preguntando:
- ¿Porque lloras abuelita?
-La abuela pensaba en el día que le contara a la nieta el cuento real...
-Mama-había dicho su hija al telefono- Quiero que me perdonéis. He cambiado mamá... quiero a mi hija. Quiero estar con mi hija. Quiero yo misma decirle la verdad...
J. M. (libertad) continuará.

buenas tardes libertad, termino de leer la primera parte del cuanto de la abuela a su nieta y ya estoy nerviosa por saber que le dira la madre a su hija y sobre todo si la hija sabra comprender a la madre, aunque pienso que si porque cuando no entiende algo pregunta y eso es bueno, gracias libertad por darnos estos y otros buenos momentos a traves de tu lectura te mando un fuerte abrazo emiliana serrano