Bueno MIS AMIGOS, acabo de darme un pequeño paseo por la naturaleza y he descubierto algo que os dejo aquí…marcho de nuevo a dar otro paseo y ya veré lo que descubro nuevamente….
OBSERVANDO Y APRENDIENDO
Camino solo por aquella montaña, al igual que siempre llevo la mochila al hombro y algo de comida para reponer fuerzas tras el esfuerzo de caminar entre la vegetación existente en ella, un pequeño cuaderno de campo donde dejo plasmado aquellos apuntes que después me servirán para recomponer mi trabajo, colgado al cuello unos prismáticos ligeros de peso pero eficaces observadores de todo aquello que se mueva y merezca ser visto con detenimiento, una cámara de fotos que es esencial para cautivar sin hacer presa a una gran multitud de seres vivos que después harán las delicias de otros tantos.
El camino discurre paralelo al río, ello hace que la sensación de frescor se acomode en el lugar, en tanto busco un hueco entre la vegetación que me permita ver el cauce, allí escondido entre la espesura espero y observo algo sobre una rama medio sumergida en el agua, en ella quieto y de bello plumaje se encuentra un pequeño Martín Pescador, preparo la cámara pues se que en cualquier momento se lanzará al agua tras descubrir algún pequeño pez que le sirva de alimento, el ataque no se hace esperar y es capturado por el objetivo de la cámara, inmediatamente el pequeño pájaro sale del agua y con su presa se vuelve a posar sobre la rama donde se dará un festín.
Dejo tan idílico lugar y continuo mi visita recorriendo el camino, miro absorto el vuelo de las mariposas en un incesante baile de colores hasta que llama la atención un delicioso sonido que proviene de las alturas, rápidamente y prismáticos en mano levanto la vista y la descubro a ella. No me cabe la menor duda y descubro a una Oropéndola macho, se que esos colores son inconfundibles ya que la hembra es verdosa, el macho tiene el cuerpo de un bellísimo amarillo dorado con las alas y cola negras, son difíciles de ver ya que suelen estar por las ramas mas altas, por eso me considero afortunado de poder fotografiar a tan bello ave en su habita natural y llevármelo a casa sin que el se de cuenta.
Algo cansado del paseo decido hacer un alto en mi visita junto a un remanso del río, el lugar es un lujo para la vista y puedo ver como la vida bulle en el, sobre la superficie del agua puedo observar una gran cantidad de Jacintos de agua, algunos ya con sus flores abiertas sobre las cuales se posan las Libélulas de varios colores, sobre las hojas pequeñas y delicadas las Ranas toman el sol mientras con su constante croar llenan de música el ambiente.
Tomo nota de todo aquello en mi cuaderno de campo antes de fotografiar tanta vida como tengo ante mis ojos, esta ahí delante de mí y se me brinda esplendoroso y puro, un lugar casi virgen y sin contaminación, un lugar donde soñar y porque no hasta disfrutar aprendiendo.
OBSERVANDO Y APRENDIENDO
Camino solo por aquella montaña, al igual que siempre llevo la mochila al hombro y algo de comida para reponer fuerzas tras el esfuerzo de caminar entre la vegetación existente en ella, un pequeño cuaderno de campo donde dejo plasmado aquellos apuntes que después me servirán para recomponer mi trabajo, colgado al cuello unos prismáticos ligeros de peso pero eficaces observadores de todo aquello que se mueva y merezca ser visto con detenimiento, una cámara de fotos que es esencial para cautivar sin hacer presa a una gran multitud de seres vivos que después harán las delicias de otros tantos.
El camino discurre paralelo al río, ello hace que la sensación de frescor se acomode en el lugar, en tanto busco un hueco entre la vegetación que me permita ver el cauce, allí escondido entre la espesura espero y observo algo sobre una rama medio sumergida en el agua, en ella quieto y de bello plumaje se encuentra un pequeño Martín Pescador, preparo la cámara pues se que en cualquier momento se lanzará al agua tras descubrir algún pequeño pez que le sirva de alimento, el ataque no se hace esperar y es capturado por el objetivo de la cámara, inmediatamente el pequeño pájaro sale del agua y con su presa se vuelve a posar sobre la rama donde se dará un festín.
Dejo tan idílico lugar y continuo mi visita recorriendo el camino, miro absorto el vuelo de las mariposas en un incesante baile de colores hasta que llama la atención un delicioso sonido que proviene de las alturas, rápidamente y prismáticos en mano levanto la vista y la descubro a ella. No me cabe la menor duda y descubro a una Oropéndola macho, se que esos colores son inconfundibles ya que la hembra es verdosa, el macho tiene el cuerpo de un bellísimo amarillo dorado con las alas y cola negras, son difíciles de ver ya que suelen estar por las ramas mas altas, por eso me considero afortunado de poder fotografiar a tan bello ave en su habita natural y llevármelo a casa sin que el se de cuenta.
Algo cansado del paseo decido hacer un alto en mi visita junto a un remanso del río, el lugar es un lujo para la vista y puedo ver como la vida bulle en el, sobre la superficie del agua puedo observar una gran cantidad de Jacintos de agua, algunos ya con sus flores abiertas sobre las cuales se posan las Libélulas de varios colores, sobre las hojas pequeñas y delicadas las Ranas toman el sol mientras con su constante croar llenan de música el ambiente.
Tomo nota de todo aquello en mi cuaderno de campo antes de fotografiar tanta vida como tengo ante mis ojos, esta ahí delante de mí y se me brinda esplendoroso y puro, un lugar casi virgen y sin contaminación, un lugar donde soñar y porque no hasta disfrutar aprendiendo.