Y gritaría a el mar, la dolorida voz de mi garganta,
donde el mar. aquel con el que sueño,
donde amanecen tus palabras de silencios,
que me muerden a cada madrugada.
Donde están las olas, del mar que me cantaba,
amores, tranquilos, donde el cielo
que te cobija. donde aquellos
pájaros tempranos que piaban.
Donde la arena que tu cuerpo acariciaba,
tantas tardes de amores y de ensueños.
Donde, grito hoy muy fuerte y en silencio
caen al suelo mis lágrimas amargas.
Donde habitan hoy los labios que besaban
los míos hoy, heridos y resecos.
! Donde! grita, la ronca voz de mi recuerdo.
! Donde! Y en el viento se me hielan las palabras.
J. M. (LIBERTAD)
donde el mar. aquel con el que sueño,
donde amanecen tus palabras de silencios,
que me muerden a cada madrugada.
Donde están las olas, del mar que me cantaba,
amores, tranquilos, donde el cielo
que te cobija. donde aquellos
pájaros tempranos que piaban.
Donde la arena que tu cuerpo acariciaba,
tantas tardes de amores y de ensueños.
Donde, grito hoy muy fuerte y en silencio
caen al suelo mis lágrimas amargas.
Donde habitan hoy los labios que besaban
los míos hoy, heridos y resecos.
! Donde! grita, la ronca voz de mi recuerdo.
! Donde! Y en el viento se me hielan las palabras.
J. M. (LIBERTAD)
No permitas las palabras se te hielen
en tu boca amanecidas tan tempranas,
pon calor en tus labios con las mieles
y despierta a la vida en la mañana
Escucha en el silencio mil palabras,
que alguien manda como siempre en la distancia,
donde siguen viviendo aquellos sueños
que un día en el agua reflejaran.
Donde el viento borrara las pisadas
de unos pies descalzos por la arena,
que las olas al mojarlos refrescaba,
y dejaba dulces cantos de sirenas.
De esas lágrimas que en tierra se estrellaron,
nacieron bellas flores del recuerdo,
de aquellas dos personas que se amaron
y en el tiempo y la distancia no murieron.
Loli Gómez
en tu boca amanecidas tan tempranas,
pon calor en tus labios con las mieles
y despierta a la vida en la mañana
Escucha en el silencio mil palabras,
que alguien manda como siempre en la distancia,
donde siguen viviendo aquellos sueños
que un día en el agua reflejaran.
Donde el viento borrara las pisadas
de unos pies descalzos por la arena,
que las olas al mojarlos refrescaba,
y dejaba dulces cantos de sirenas.
De esas lágrimas que en tierra se estrellaron,
nacieron bellas flores del recuerdo,
de aquellas dos personas que se amaron
y en el tiempo y la distancia no murieron.
Loli Gómez
