Que curioso, y siempre pensaba... cuando ibamos al cerro a pasar la tarde o el dia, siempre llevabamos la soga para jugar a la comba, y el balón, y creo que no recuerdo nunca habernos caido entre las piedras, ni que el balón se nos haya despeñao, y mira que eramos como las cabras, y no nos podiamos ver quietos, pero que bien lo pasabamos y que rico estaba el bocata con esa buena vista que hay desde allí