A mi, mientras esos que se hacen ricos tengan trabajadores a los que les paguen sus nóminas para vivir, me parece muy bien.
Eso de criminalizar a los que tienen dinero no es sino un rémora de nuestro caracter, eminentemente envidioso (es el mal nacional).
Se puede uno hacer rico, siempre desde el respeto a la ley y a la ética. Y esto segundo tiene que ver con las primera reflexión: si uno reparte su riqueza a base de creación de puestos de trabajo, me parece digno de alabanza, no de sospecha.
Así se piensa en los paises desarrollados, con tradición de empresa. En los que hay nuevos ricos y mucha podredumbre intelectual, además de abundar los complejos más inconfesables, como el nuestro, se pone a caldo a los empresarios.
A ver si avanzamos un poco, no nos vendría mal.
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