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MINA DIOGENES: Hola miner@s; en efecto amigo Joselín, puedo dar fe...

Hola miner@s; en efecto amigo Joselín, puedo dar fe de que el castillete, que esta expuesto en la Facultad Politécnica de Almadén no es el del pozo 3, y en efecto se asemeja más al que yo recuerdo que había en el pozo 5.
En otro orden de cosas, como no he entrado en el foro últimamente no he tenido tiempo de felicitarte por tu discurso en Solana del Pino, fue sencillamente emotivo natural, sincero y además se noto que lo que decias te salía del alma; a mí me llegaste a la médula cuando hablaste de los inicios de Diógenes y sus minas, no había medios de locomoción, y en el caso de Solana tenian que coronar la sierra que separa ambos pueblos, para poder dar "la peonada", como se dice en Andalucía.
A mi padre le tocó vivir aquella época durante algún tiempo, extraordinariamente dura, pues eran como dos horas de camino, 7 u 8 duras horas de jornada, y vuelta a hacer piernas otras dos horas.
Recuerdo timidamente, pues era muy niño, que cuando tenía el turno de noche, entraban al pozo a las 6 de la tarde y salían a la 1 de la madrugada, cuando llegaban a casa más o menos, eran las tres de la mañana.
Jamás podré olvidar a mi madre con sus hijos alrrededor, esparciendo las últimas ascuas de una lumbre, que ya agonizaba, al "oro" de la misma, un pucherillo de porcelana con un poco de café y un cubo de zinc con agua para que estuviera caliente o al menos templada, pues estos eran los premios que aguardaban al héroe anónimo; héroe que procuraba el sustento diario de la familia.
Me vienen a la memoria cuentos interminables narrados por mi madre con autentica mestría, como el de "los palitroques" o "el de la serpiente de las 7 cabezas", eran preciosos, pero mi madre los alargaba misteriosamente, acaso con el único fin de que la acompañaramos mas tiempo, en la larga espera, y evitar que el sueño nos rindiera como ocurría la mayoría de ls noches.
¡Que gran maestría en la narrativa, sin saber leer ni escribir! aquello: era digno de elogio.
Así enlazando un cuento tras otro, hasta que por fín sucedía el acontecimiento, la espera tenía su recompensa; algunas noches aguantaba hasta ver a mi padre llegar, y besarlo, recuerdo que siempre llegaba humedecido, unas veces por el agua de lluvia (más frecuente en aquellos tiempos) y otras por su propio sudor.
¡Alegría infinita! En los labios de mi padre una tenue sonrisa, era la satisfación de comprobar que su "trupe" estaba con él y su esfuerzo merecía la pena, tras varias miradas de agradecimiento y admiración nos ibamos a dormir; con la tranquilidad de saber que ya todos estabamos en casa.
UN ABRAZO PARA MI PADRE Y PARA TODOS LOS MINEROS QUE COMO EL VIVIERON AQUELLA ÉPOCA TAN DURA.
Pepi Vozmediano, la foto del " TIO MORCILLO" fantastica, pero estaba más favorecido cuando no tenia gorra puesta.
UN ABRAZO y HASTA LA PROXIMA.