Luis Mi, Nuñez de Balboa esquina a General Oraá, llevo toda la mañana trabajando y ahora me voy a tomar café.
Abrazos
Abrazos
Pepín, no trabajes tanto, veo que entre Marce y tú vais a levantar a España solos, tún no trabajarás tan hondo como Marce, al pobre encima de hacerle currar de lo lindo lo encierran en el tercer sótano, Pepín, yo creo que Marce lo que tiene es un trabajo "supersecreto" y lo hacen ahi para evitar mirones.
Un beso para estos dos grandes trabajadores.
Un beso para estos dos grandes trabajadores.
Buenos días Pepi, el cafetito con Luis Mi ha estado muy bién, charlando de muchas cosas, se pasa el tiempo volando, pero es una maravilla estar con Diogener@s de vez en cuando.
Marce nos ha hecho pellas, la próxima vez está castigado y pagará el.
El trabajo, creo que nadie se hernia.
Ya te queda poquito para ir a la Romería, ¿te irás a Solana un día antes no?
Que lo paseis muy bién, yo estaré con vosotros con el corazón.
Besitos
Marce nos ha hecho pellas, la próxima vez está castigado y pagará el.
El trabajo, creo que nadie se hernia.
Ya te queda poquito para ir a la Romería, ¿te irás a Solana un día antes no?
Que lo paseis muy bién, yo estaré con vosotros con el corazón.
Besitos
.... y bien que lo siento...
Cuentan que cuando Victoria Eugenia se casó con Alfonso XIII, se trajo de Inglaterra unas damas de compañía de avanzada edad y bastante poco agraciadas.
Estando cierto día dos mozos de cuadra de Palacio haciendo sus tareas, pasaron dos de estas damas a su lado paseando.
Uno de los mozos, pensando que no le entenderían, le dijo al otro:
" ¿Has visto las damas de compañía de la Reina, que viejas y que feas son?"
A lo cual una de ellas se dió la vuelta, y en un perfecto castellano le espetó:
" ¡Ay, hijo, y bien que lo sentimos!"
Pues nada, que la próxima pagaré yo los cafés para redimirme.
Abrazos.
Cuentan que cuando Victoria Eugenia se casó con Alfonso XIII, se trajo de Inglaterra unas damas de compañía de avanzada edad y bastante poco agraciadas.
Estando cierto día dos mozos de cuadra de Palacio haciendo sus tareas, pasaron dos de estas damas a su lado paseando.
Uno de los mozos, pensando que no le entenderían, le dijo al otro:
" ¿Has visto las damas de compañía de la Reina, que viejas y que feas son?"
A lo cual una de ellas se dió la vuelta, y en un perfecto castellano le espetó:
" ¡Ay, hijo, y bien que lo sentimos!"
Pues nada, que la próxima pagaré yo los cafés para redimirme.
Abrazos.