Soneto entre catorce (más o menos).
Amigo Manolo, acabo el primer terceto. En el último hay que darle algún sentido a tanto sentimiento.
Dame el abrazo fiel de otro recuerdo
tan tierno, tan nostálgico y profundo
en el sueño querido de aquel mundo
que a mi alma encadené, por si lo pierdo.
Si el olvido borró ya nuestro acuerdo
de regreso lo traigo en un segundo,
rescatando el sentido más fecundo
de un sentimiento puro, noble y tierno.
No he de temer ni furia del averno,
ni el frío sol callado del ocaso,
ni arder, si ello es preciso, en fuego eterno
Amigo Manolo, acabo el primer terceto. En el último hay que darle algún sentido a tanto sentimiento.
Dame el abrazo fiel de otro recuerdo
tan tierno, tan nostálgico y profundo
en el sueño querido de aquel mundo
que a mi alma encadené, por si lo pierdo.
Si el olvido borró ya nuestro acuerdo
de regreso lo traigo en un segundo,
rescatando el sentido más fecundo
de un sentimiento puro, noble y tierno.
No he de temer ni furia del averno,
ni el frío sol callado del ocaso,
ni arder, si ello es preciso, en fuego eterno