Buenos días Luismi. Así es, nunca hay razón para una muerte y menos de esa forma. Anoche oí la historia de un joven con 13 años, que había sido campeón de España de tenis, y llevaba una carrera meteórica en esta disciplina. Quedó truncada en uno de esos trenes que le conducía a realizar un examen al instituto, ya que para seguir en el tenis se comprometió con sus padres a ser también un estudiante ejemplar. Y lo era. Cuántas historias cómo estás se dieron aquél fatídico día?. Qué barbarie Dios mio!
Me sumo al sentimiento y al recuerdo de los fallecidos en el atentado del 11-M en
Madrid. Un pena y una barbarie que ocurran esos hechos cuando la vida, que están tan corta, debería ir más en la línea de la paz, de la concordia y de la razón.
Pepe, lo del chaval con 13 años... una lastima y una vida truncada.
En definitiva, que no ocurra más es mi deseo, ni aquí ni en ninguna parte del mundo.