El cazador
Como un inmenso océano amarillento, el pajonal ondulaba suavemente esa tarde calurosa en la llanura serrana. josé había caminado desde el amanecer y no había conseguido cazar ni siquiera un mísero ratón. llegó hasta el viejo árbol y se recostó pesadamente a su exigua sombra. Colocó la escopeta cuidadosamente, como si se tratara de algo extremadamente delicado. Se quitó el sombrero de cuero, los tremendos borceguíes y sus pies aullaron de alivio, bebió un sorbo de la cantimplora ... (ver texto completo)
Como un inmenso océano amarillento, el pajonal ondulaba suavemente esa tarde calurosa en la llanura serrana. josé había caminado desde el amanecer y no había conseguido cazar ni siquiera un mísero ratón. llegó hasta el viejo árbol y se recostó pesadamente a su exigua sombra. Colocó la escopeta cuidadosamente, como si se tratara de algo extremadamente delicado. Se quitó el sombrero de cuero, los tremendos borceguíes y sus pies aullaron de alivio, bebió un sorbo de la cantimplora ... (ver texto completo)