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FONTANOSAS: El cazador Como un inmenso océano amarillento, el...

El cazador

Como un inmenso océano amarillento, el pajonal ondulaba suavemente esa tarde calurosa en la llanura serrana. josé había caminado desde el amanecer y no había conseguido cazar ni siquiera un mísero ratón. llegó hasta el viejo árbol y se recostó pesadamente a su exigua sombra. Colocó la escopeta cuidadosamente, como si se tratara de algo extremadamente delicado. Se quitó el sombrero de cuero, los tremendos borceguíes y sus pies aullaron de alivio, bebió un sorbo de la cantimplora que lejos de refrescarlo, le produjo nauseas el tibio contenido. Resoplando, echó la cabeza hacia atrás apoyándola contra el tronco sólido y cerró los ojos agotado. __hola hombre__ sobresaltado, josé buscó al dueño de la voz, pero solo vio una pequeña perdiz que lo miraba directamente a los ojos mimetizada entre unos pedruscos pardos y matas de jarillas a tan solo unos escasos centímetros de él. __hola, hombre__ repitió la perdiz. josé estiró la mano dosificando sus movimientos para no asustar al ave, tomó la escopeta y apuntó. sin inmutarse, la perdiz lo seguía mirando a los ojos__¿por qué quieres matarme?__ __pues... Para ...para comerte__ __¿ es que no tienes otros manjares en tu mesa?...yo, ¿qué daño te hago?__
__tú? . Mm... Te comes los cereales que sembramos__ . __eso no es cierto; y tu lo sabes. Me alimento de insectos y algún grano que encuentro en el suelo. En cambio ustedes, los hombres ¡ si que nos hacen daño! montados en grandes monstruos mecánicos, perforan la tierra sin ningún tipo de contemplación con la naturaleza, destruyendo nuestros nidos y destrozando los huevos. Otros, como tu, nos cazan de a veintenas, y no porque tengan hambre, sino para saciar su ocio dominguero. tus nietos nos conocerán embalsamadas en algún museo... O en los libros, con la leyenda: “extinguidas”. josé, con el dedo en el gatillo quería encontrar algún argumento que le impidiera escuchar las razones del avecilla, pero no encontraba estrictamente nada, sería tan cómodo pensar que solo se trataba de una alucinación producto de la asoleada y tirar del gatillo... __ ¡ tu sí que eres inteligente bicho! con toda esa palabrería conseguiste que mi dedo se acalambre y ya no puedo gatillar. Además... ¿quién quiere comerse a una perdiz tan charlatana?__.
Farero.