Ha fallecido una pariente mía, cuya vida ha sido dura para élla misma y para los que la rodeaban.
A éstos, especialmente a su hermana, por verla sufrir y por tener que soportar toda su vida, la carga de su dependencia.
Sé que ambas se han querido sin límites.
Sé que la una, por imposibilidad de demostrarlo, y la otra, por su extremada dedicación a ayudarla, no han podido quizá, manifestarse el altísimo grado de cariño que se tenían, aunque empáticamente lo hacían. Pero también sé que toda la
familia ... (ver texto completo)