Llegados al pie del pequeño cerro, sobre el que se asienta el castillo de Alhambra, voy y le digo a mi primo: - Como tenenemos poco tiempo, subimos de una carrera hasta el castillo, hacemos las fotos y bajamos corriendo. ( Yo se lo decía de una forma figurada, claro; no tenía porqué ser así de rápido ). Mi primo mira hacia la cuesta que lleva al castillo y se queda mirando. - Pues... No se... Mejor me quedo a esperarte y subes tú solo.
- ¿Me esperas aquí diez minutos?
- No te preocupes, que de aquí no me muevo.
Arreo para arriba a buen paso, pero, la cuestecilla se dejaba notar. A poco más y llego sin resuello a la base del monumento. Respiré profundo unas cuantas veces y, tras mirar a mi primo que seguía en el mismo sitio que lo dejé, me adentro en la fortaleza por el gran hueco que la muralla tiene.
Dentro del castillo hay un pequeño prado, rodeado de la poligonal muralla, que consta de unos nueve tramos o lienzos.
La portada conserva su parte interior intacta, aunque por su parte externa está muy deteriorada.
Observo un pozo excavado en el interior del castillo que bien pudo haber servido como depósito de agua ó algibe.
A mano izquierda de la entrada, según miramos desde dentro, existen unos escalones que bien pudieron ser parte de la subida de un torreón de la fortaleza.
Hay una construcción dentro del recinto del castillo, que desdice totalmente con el origen medieval del mismo y no es otra cosa que el palomar. (¿)
Salgo con algo de cuidado por la puerta; pues el camino es impracticable y observo un murito, que bien pudo ser parte de la entrada cubierta que dicen que tenía el castillo.
Rodeo el castillo, por fuera y regreso al caminito por el que había venido (creo que por aquí suben los muchachos de motocros).
Abajo sigue mi primo, como una estatua, en todo el rato, no se ha movido ni un milímetro.
Bajo, sin prisas; pero con prudencia y al llegar abajo, el hijo de mi tío va y me dice:
- De haber sabido que bajabas tan despacio, habría subido contigo; porque subir , subo bien, lo que se me da peor es bajar.
-!Vale, vale, hombre! , para otra vez, ya lo se.-Le contesto-.
- ¿Me esperas aquí diez minutos?
- No te preocupes, que de aquí no me muevo.
Arreo para arriba a buen paso, pero, la cuestecilla se dejaba notar. A poco más y llego sin resuello a la base del monumento. Respiré profundo unas cuantas veces y, tras mirar a mi primo que seguía en el mismo sitio que lo dejé, me adentro en la fortaleza por el gran hueco que la muralla tiene.
Dentro del castillo hay un pequeño prado, rodeado de la poligonal muralla, que consta de unos nueve tramos o lienzos.
La portada conserva su parte interior intacta, aunque por su parte externa está muy deteriorada.
Observo un pozo excavado en el interior del castillo que bien pudo haber servido como depósito de agua ó algibe.
A mano izquierda de la entrada, según miramos desde dentro, existen unos escalones que bien pudieron ser parte de la subida de un torreón de la fortaleza.
Hay una construcción dentro del recinto del castillo, que desdice totalmente con el origen medieval del mismo y no es otra cosa que el palomar. (¿)
Salgo con algo de cuidado por la puerta; pues el camino es impracticable y observo un murito, que bien pudo ser parte de la entrada cubierta que dicen que tenía el castillo.
Rodeo el castillo, por fuera y regreso al caminito por el que había venido (creo que por aquí suben los muchachos de motocros).
Abajo sigue mi primo, como una estatua, en todo el rato, no se ha movido ni un milímetro.
Bajo, sin prisas; pero con prudencia y al llegar abajo, el hijo de mi tío va y me dice:
- De haber sabido que bajabas tan despacio, habría subido contigo; porque subir , subo bien, lo que se me da peor es bajar.
-!Vale, vale, hombre! , para otra vez, ya lo se.-Le contesto-.