En el año 1175 el papa Alejandro III concedía la Bula fundacional al primer maestre de la Orden, Pelay Pérez Correa, en ese documento existía una concesión muy particular: el Papa concedía a la Orden “…todas las rentas, diezmos, y derechos eclesiásticos de todas aquellas iglesias que fueran nuevamente levantadas en los territorios desiertos arrebatados a los musulmanes…”. Como contrapartida “…la orden garantizaría la manutención de sus beneficios y fábrica….”.