Mi más sincera felicitación a José Pablo Molina, hermano de la Hermandad de la Virgen del Valle, por su carta a la directora del diario Lanza, en respuesta al artículo de opinión “Con flores a María”.
Te felicitamos, José Pablo, tanto por la forma como por el fondo de esa carta. Pero, al final, te pondremos -si tuviste algo que ver- un pero que, sin duda alguna comprenderás y admitirás.
Demuestras poseer un talante exquisito, ya que tanto se habla de eso. Tu carta rezuma tranquilidad de ánimo y espíritu, delicadeza y sensibilidad, elegancia y compostura, templanza y actitud de entendimiento. Sin haberte tratado denotas poseer un espíritu sano, equilibrado, dado al diálogo, sabiendo controlar lo emocional, reflexivo y limpio.
Te sientes incómodo, y hasta ofendido, ante ciertas expresiones retóricas de elevada carga pasional. Es comprensible. Debes ser joven y, como que a ti eso de la guerra y la posguerra nada te dicen. Tal vez debamos ser los mayores, los de 50 años en adelante, los que, si de verdad queremos que nuestros rencores y odios no os salpiquen y puedan también contaminaros, trasladando así generación tras generación aquel veneno de la guerra civil, pasemos página.
Tú, José Pablo, como tus coetáneos, ajenos para bien de aquel pasado y sus connotaciones a veces excesivamente susceptibles, de las cuales otros no estamos exentos, diste al acto, como debe ser, la finalidad de homenaje <in memoriam> de fallecidos en el aeropuerto de Barajas y vecinos y vecinas, pertenecientes o no a la Hermandad, habidos en Aldea del Rey. Lo aplaudo.
Ahora viene el pero, José Pablo.
A nosotros los de cuarenta en adelante fieles y leales a nuestras tradiciones, las nuestras, que queremos conservar en su pureza y rasgos autóctonos; eso de los costaleros, la “levantá”, el rindan banderas y estandartes en la escalinata de la parroquia..., como que, sinceramente, nos parece, como dice Santiago Ciudad, “teatro callejero”. No contaminemos la esencia de nuestras tradiciones. Simultáneamente, vuestro error, que en otro lugar de este Foro manifesté, fue doble: falta o deficiente información, y, lugar inadecuado para el acto.
Enhorabuena, José Pablo.
Amistosamente,
Alter ego.
Te felicitamos, José Pablo, tanto por la forma como por el fondo de esa carta. Pero, al final, te pondremos -si tuviste algo que ver- un pero que, sin duda alguna comprenderás y admitirás.
Demuestras poseer un talante exquisito, ya que tanto se habla de eso. Tu carta rezuma tranquilidad de ánimo y espíritu, delicadeza y sensibilidad, elegancia y compostura, templanza y actitud de entendimiento. Sin haberte tratado denotas poseer un espíritu sano, equilibrado, dado al diálogo, sabiendo controlar lo emocional, reflexivo y limpio.
Te sientes incómodo, y hasta ofendido, ante ciertas expresiones retóricas de elevada carga pasional. Es comprensible. Debes ser joven y, como que a ti eso de la guerra y la posguerra nada te dicen. Tal vez debamos ser los mayores, los de 50 años en adelante, los que, si de verdad queremos que nuestros rencores y odios no os salpiquen y puedan también contaminaros, trasladando así generación tras generación aquel veneno de la guerra civil, pasemos página.
Tú, José Pablo, como tus coetáneos, ajenos para bien de aquel pasado y sus connotaciones a veces excesivamente susceptibles, de las cuales otros no estamos exentos, diste al acto, como debe ser, la finalidad de homenaje <in memoriam> de fallecidos en el aeropuerto de Barajas y vecinos y vecinas, pertenecientes o no a la Hermandad, habidos en Aldea del Rey. Lo aplaudo.
Ahora viene el pero, José Pablo.
A nosotros los de cuarenta en adelante fieles y leales a nuestras tradiciones, las nuestras, que queremos conservar en su pureza y rasgos autóctonos; eso de los costaleros, la “levantá”, el rindan banderas y estandartes en la escalinata de la parroquia..., como que, sinceramente, nos parece, como dice Santiago Ciudad, “teatro callejero”. No contaminemos la esencia de nuestras tradiciones. Simultáneamente, vuestro error, que en otro lugar de este Foro manifesté, fue doble: falta o deficiente información, y, lugar inadecuado para el acto.
Enhorabuena, José Pablo.
Amistosamente,
Alter ego.