Un despilfarro hiriente... al SALVADOR DEL MUNDO (= Jesús de Nazaret, El Cristo).
Aún en la distancia nos llegan comentarios y ecos controvertidos sobre la última festividad del Salvador del Mundo. Más concretamente sobre la pólvora de la víspera por la noche. Hoy la noticia llega en el instante.
Este comentario lo inserto en el Foro de Aldea del Rey por dos razones: primera, por la proximidad, unos 6 km., entre ambas localidades, y, segunda, porque en Aldea del Rey están censados bastantes calzadeños, muchas más mujeres que hombres, como consecuencia de los frecuentes matrimonios que entre vecinos y vecinas de ambos pueblos.
Como diría César Vidal, <sin ánimo de ser exhaustivo, el dato es el siguiente>: la pólvora paroxística del Salvador del Mundo, año 2008, se elevó en su coste, a 30.000 euros (= 5.000.000 ptas.), y, duró, según dato contrastado, 20 minutos.
Es decir, 1.500 euros (= 250.000 ptas.) por minuto.
Mi deseo no es molestar a nadie, sino, a la luz del Evangelio analizar críticamente, no sólo desde lo humano, sino esencialmente desde lo cristiano, porque se trata del Salvador del Mundo (= Jesús de Nazaret, El Cristo, El Salvador del Mundo), estos gastos que, al amparo de festividades religiosas, hacemos los creyentes tan displicentemente, cuando menos.
Estamos inmersos, porque nuestros responsables políticos no ponen soluciones, en un proceso de recesión económica, que está generando niveles de PARO lacerantes, hirientes, insolidarios, anticristianos. Si Dios, El Salvador del Mundo no lo remedia, para eso nos hizo libres y depositó su confianza en nosotros, en muy pocos meses llegaremos a la escalofriante cifra de ¡3.000.000 de parados!.
Ante tanto paro, ante tanto desamparo, ante tanta pobreza y miseria, ante tantas listas de espera en los hospitales, en los consultorios médicos y centros de salud, ante tanta escasez en los centros asistenciales, ante tantos y tantas sin techo, ante tanta carestía de las residencias de mayores, ante tanto abandonado y menesteroso...; si aquel <loco> de Nazaret, El Salvador del Mundo, Jesús de Nazaret, aquel personaje histórico, en cuerpo, espíritu y alma, como suele decirse, físicamente, hubiera llegado en aquellos momentos del paroxismo polvoril onerosísimo por allí, seguro que hubiese procedido como lo hizo en relación a los mercaderes del Templo de Jersusalén. Hubiera arremetido látigo en mano contra todo castillo, cohete, traca... y hasta contra el equipo informático para coordinar música y pólvora, seguro. Hemos convertido la casa de su Padre, el Templo (= nuestro espíritu y nuestra alma), en tienda de mercaderes y ladrones (= cada uno a lo suyo, ¡qué bonita pólvora! ¡30.000 euros! ¡5.000.000 ptas.! ¡1.500 euros/minuto! ¡250.000 ptas./minuto!..., y si el hermano o hermana está en el paro, no llega a final de mes, pasa hambre... descargamos nuestras conciencias exclamando... ¡Viva el Salvador del Mundo!).
Me consuela, ¡triste consuelo!, que mucha gente piensa y dice lo que yo expongo aquí.
Esto, nada, nada, nada tiene que ver con el mensaje evangélico, con lo que nos dijo e hizo Jesús, con el Cristianismo. En las primitivas comunidades cristianas, con infinitos menos recursos de los que hoy disponemos, se nos dice, <no había indigentes>. Esa palabra tan maravillosa, tan hermosa, tan evangélica, SOLIDARIDAD, que por abuso (= uso indebido) hemos prostituido, no era un dicho, fue un hecho, una praxis, el seguimiento de Jesús. Por una razón muy sencilla, todos eran y se consideraban hermanos, y el amor recíproco presidía todas sus actuaciones.
Si Tú, Jesús, estás conmigo, porque te abro mi corazón y mi alma, porque desde el anonimato intento, aunque fracase muchas veces, no imitarte sino seguirte, practicando según mis posibilidades... y aún más, la praxis evangélica, nada me falta. Me sobra, porque existen muchas necesidades, hambre y sed de justicia, tanta procesión, tanta pólvora, tanta carroza, tanto hábito, tanto estandarte... tanto despilfarro; y, porque con sólo amor, el amor que Tú nos pediste para con los hermanos y hermanas, sin que la mano izquierda sepa lo que hace la derecha, te siento cerca, muy cerca, dentro de mí.
Consideren este comentario como sólo una opinión.
Alter ego.
Aún en la distancia nos llegan comentarios y ecos controvertidos sobre la última festividad del Salvador del Mundo. Más concretamente sobre la pólvora de la víspera por la noche. Hoy la noticia llega en el instante.
Este comentario lo inserto en el Foro de Aldea del Rey por dos razones: primera, por la proximidad, unos 6 km., entre ambas localidades, y, segunda, porque en Aldea del Rey están censados bastantes calzadeños, muchas más mujeres que hombres, como consecuencia de los frecuentes matrimonios que entre vecinos y vecinas de ambos pueblos.
Como diría César Vidal, <sin ánimo de ser exhaustivo, el dato es el siguiente>: la pólvora paroxística del Salvador del Mundo, año 2008, se elevó en su coste, a 30.000 euros (= 5.000.000 ptas.), y, duró, según dato contrastado, 20 minutos.
Es decir, 1.500 euros (= 250.000 ptas.) por minuto.
Mi deseo no es molestar a nadie, sino, a la luz del Evangelio analizar críticamente, no sólo desde lo humano, sino esencialmente desde lo cristiano, porque se trata del Salvador del Mundo (= Jesús de Nazaret, El Cristo, El Salvador del Mundo), estos gastos que, al amparo de festividades religiosas, hacemos los creyentes tan displicentemente, cuando menos.
Estamos inmersos, porque nuestros responsables políticos no ponen soluciones, en un proceso de recesión económica, que está generando niveles de PARO lacerantes, hirientes, insolidarios, anticristianos. Si Dios, El Salvador del Mundo no lo remedia, para eso nos hizo libres y depositó su confianza en nosotros, en muy pocos meses llegaremos a la escalofriante cifra de ¡3.000.000 de parados!.
Ante tanto paro, ante tanto desamparo, ante tanta pobreza y miseria, ante tantas listas de espera en los hospitales, en los consultorios médicos y centros de salud, ante tanta escasez en los centros asistenciales, ante tantos y tantas sin techo, ante tanta carestía de las residencias de mayores, ante tanto abandonado y menesteroso...; si aquel <loco> de Nazaret, El Salvador del Mundo, Jesús de Nazaret, aquel personaje histórico, en cuerpo, espíritu y alma, como suele decirse, físicamente, hubiera llegado en aquellos momentos del paroxismo polvoril onerosísimo por allí, seguro que hubiese procedido como lo hizo en relación a los mercaderes del Templo de Jersusalén. Hubiera arremetido látigo en mano contra todo castillo, cohete, traca... y hasta contra el equipo informático para coordinar música y pólvora, seguro. Hemos convertido la casa de su Padre, el Templo (= nuestro espíritu y nuestra alma), en tienda de mercaderes y ladrones (= cada uno a lo suyo, ¡qué bonita pólvora! ¡30.000 euros! ¡5.000.000 ptas.! ¡1.500 euros/minuto! ¡250.000 ptas./minuto!..., y si el hermano o hermana está en el paro, no llega a final de mes, pasa hambre... descargamos nuestras conciencias exclamando... ¡Viva el Salvador del Mundo!).
Me consuela, ¡triste consuelo!, que mucha gente piensa y dice lo que yo expongo aquí.
Esto, nada, nada, nada tiene que ver con el mensaje evangélico, con lo que nos dijo e hizo Jesús, con el Cristianismo. En las primitivas comunidades cristianas, con infinitos menos recursos de los que hoy disponemos, se nos dice, <no había indigentes>. Esa palabra tan maravillosa, tan hermosa, tan evangélica, SOLIDARIDAD, que por abuso (= uso indebido) hemos prostituido, no era un dicho, fue un hecho, una praxis, el seguimiento de Jesús. Por una razón muy sencilla, todos eran y se consideraban hermanos, y el amor recíproco presidía todas sus actuaciones.
Si Tú, Jesús, estás conmigo, porque te abro mi corazón y mi alma, porque desde el anonimato intento, aunque fracase muchas veces, no imitarte sino seguirte, practicando según mis posibilidades... y aún más, la praxis evangélica, nada me falta. Me sobra, porque existen muchas necesidades, hambre y sed de justicia, tanta procesión, tanta pólvora, tanta carroza, tanto hábito, tanto estandarte... tanto despilfarro; y, porque con sólo amor, el amor que Tú nos pediste para con los hermanos y hermanas, sin que la mano izquierda sepa lo que hace la derecha, te siento cerca, muy cerca, dentro de mí.
Consideren este comentario como sólo una opinión.
Alter ego.