Gracias a los que desean que se me levante el boicot que cierta mano negra me viene practicando.
Pero hoy no tengo ánimo de criticar a nadie.
Estoy pasando unos días apacibles en el Monasterio de Piedra, lejos de las fiestas aldeanas. El orden alcanzó su punto álgido, y a partir de ahora va imperando el segundo principio de la termodinámica. Ya no me queda más placer que el de los paseos solitarios; los años pesan enormemente sobre mis hombros. Sí, realmente un hombre es la suma de todas sus desgracias, que diría Faulkner, y muchas desgracias me acontecieron en Aldea del Rey durante mis tiempos mozos. Por tanto, en contra de mis pretensiones, no puedo olvidar la Aldea, aunque ya hace muchos años que me marché de allí, y siempre lamentaré no haberla podido amar como en mi juventud imaginé. Sólo me queda alguna familia allí, y ellos me tienen al corriente de todo. Luego leo las actas de los plenos y me doy cuenta de cuántos despropósitos se cuecen en el consistorio.
¿Es posible que algún día encuentre el pueblo que me alejó de su seno, otro pueblo más acogedor y humilde? Lo esperó, y me moriré esperándolo.
Desde el Monasterio de Piedra un saludo para todos, los alabados y los criticados.
El jardinero de las nubes (por cierto, hoy esta el cielo muy cubierto de preciosas nubes aborregadas).
Pero hoy no tengo ánimo de criticar a nadie.
Estoy pasando unos días apacibles en el Monasterio de Piedra, lejos de las fiestas aldeanas. El orden alcanzó su punto álgido, y a partir de ahora va imperando el segundo principio de la termodinámica. Ya no me queda más placer que el de los paseos solitarios; los años pesan enormemente sobre mis hombros. Sí, realmente un hombre es la suma de todas sus desgracias, que diría Faulkner, y muchas desgracias me acontecieron en Aldea del Rey durante mis tiempos mozos. Por tanto, en contra de mis pretensiones, no puedo olvidar la Aldea, aunque ya hace muchos años que me marché de allí, y siempre lamentaré no haberla podido amar como en mi juventud imaginé. Sólo me queda alguna familia allí, y ellos me tienen al corriente de todo. Luego leo las actas de los plenos y me doy cuenta de cuántos despropósitos se cuecen en el consistorio.
¿Es posible que algún día encuentre el pueblo que me alejó de su seno, otro pueblo más acogedor y humilde? Lo esperó, y me moriré esperándolo.
Desde el Monasterio de Piedra un saludo para todos, los alabados y los criticados.
El jardinero de las nubes (por cierto, hoy esta el cielo muy cubierto de preciosas nubes aborregadas).